En abril de este año, en UFC 261, Chris Weidman sufrió la lesión más grave de su carrera. Al comienzo del duelo contra Uriah Hall, el estadounidense lanzó una patada baja y, cuando fue bloqueado por el oponente, se fracturó la pierna. Prácticamente un mes después de la pelea y la delicada cirugía, el ex campeón del peso mediano (185 lbs) de la UFC estalló en lágrimas.
En un comunicado en su canal de Youtube, Weidman admitió incertidumbre sobre su futuro en el deporte. Sin una predicción exacta de cuándo podrá volver a actuar, el estadounidense estaba conmocionado por estar en recuperación durante tanto tiempo y estaba emocionado de hablar sobre un posible retiro forzado de las MMA.
“No sé qué va a pasar. Mi pie todavía está entumecido. Espero que vuelva y pueda moverlo como lo hizo antes de la pelea. He tenido 23 cirugías en mi vida, pero no hay nada que me detenga, pero ¿tendré la motivación y la pasión para volver a pasar por este largo proceso? Da un poco de miedo. No lo sé”, dijo Chris Weidman.
“Simplemente no quiero que esto sea el final. Siento que tengo más en mí, así que solo necesito que esto sea algo de corta duración que pueda recordar como parte de mi historia. Si tuviera que jubilarme, estaría devastado por esto, ya que no puedo mostrarles a mis hijos lo bueno que soy en algunas cosas. Es lo más difícil”, concluyó.
Chris Weidman fue campeón de peso mediano de la UFC de 2013 a 2015. Durante este período, el estadounidense logró una racha ganadora sobre los brasileños Anderson Silva (dos veces), Lyoto Machida y Vitor Belfort, hasta que perdió su cinturón ante Luke Rockhold. En MMA profesional desde 2009, el luchador tiene 15 victorias y seis reveses.
