La pelea principal de UFC México, celebrada el sábado (21), prometía un gran duelo entre Yair Rodríguez y Jeremy Stephens. Sin embargo, el enfrentamiento se finalizó en el primer round por interrupción médica, siendo considerado no contest (sin resultado). Frustrados, los fanáticos mexicanos que asistieron arrojaron lo que tenían en sus manos al octágono y dificultaron la salida del estadounidense (ver más abajo o hacer clic aquí).
Quince segundos después del primer round, Rodríguez dio un golpe involuntario en el ojo de Stephens, obligando al árbitro Herb Dean a paralizar el partido. Con la dificultad del peso pluma (66 kg) estadounidense para recuperarse, los médicos fueron llamados al octágono para examinarlo, y determinaron el final de la pelea porque el peleador no pudo continuar.
Al ver la incredulidad y la reacción de irritación del atleta local al final temprano de la pelea, los fanáticos, que esperaban la pelea principal de la noche, también cuestionaron la veracidad de la lesión y se rebelaron. A la salida del túnel que lo llevaría al vestuario, Stephens, incluso escoltado por guardias de seguridad, fue golpeado por varios objetos arrojados por el público, entre vasos de cerveza, agua e incluso palomitas de maíz.
Debido a la situación atípica y del combate fallido, se espera que el UFC intente reprogramar la confrontación entre Rodríguez y Stephens en el futuro próximo. El propio estadounidense, irritado por los indicios de que había escapado del duelo, ya ha sugerido que estaría listo para otra pelea contra el mexicano en las próximas semanas.