Luego de ganar dos peleas consecutivas, Tyson Pedro regresó al octágono más famoso del mundo para una nueva cita el pasado sábado, en la cartelera del UFC 284. Peleando en casa, el australiano buscó ampliar su buena etapa, pero terminó derrotado por el lituano Modestas Bukauskas por decisión unánime de los jueces. Pero, según el semicompleto (205 lb), hay una explicación para su bajo rendimiento, sobre todo en los dos últimos asaltos.
Después de una primera ronda movida, Pedro parecía haber sentido la fatiga y fue superado por su rival durante la mayor parte de los últimos 10 minutos de la pelea. La bajada de rendimiento, según el australiano, tendría una conexión directa con una gastroenteritis que le afectó la víspera del evento.
“La noche antes de mi pelea, contraje gastroenteritis. Fue diarrea extrema y vómitos toda la noche. Cuando llego el bus de la UFC yo aún estaba en el piso del baño vomitando y si quieres confirmarlo puedes preguntarle al tipo de la USADA que tenía que sentarse ahí a verme cagar sin parar mientras el trataba de atraparla (una muestra de la ) mi orina”, informó Tyson Pedro, en una publicación en ‘Instagram’.
Curiosamente, la última derrota de Tyson Pedro antes del revés que sufrió el sábado había ocurrido precisamente en Australia, a manos del brasileño Maurício ‘Shogun’ Rua, en 2018. Luego de esta pelea, el australiano estaría ausente de los octágonos por cerca de tres años hasta que volvió en 2022 y ganó sus dos compromisos en la UFC, ante Ike Villanueva y Harry Hunsucker, ambos disputados en territorio norteamericano.
