En una batalla que se llevó a cabo en Las Vegas (EE.UU.), Wilder comenzó mejor, mostrando agresividad para presionar al oponente, conectando incluso buenos golpes que hicieron sentir al británico. Solo al final del parcial, fue que Fury asestó un buen puñetazo a su rival y le mostró a su rival que no sería tarea fácil vencerlo.
El enfrentamiento comenzó a calentarse a partir de la tercera parte. Luego de una tibia segunda ronda en la que Fury usó más de su tamaño para bloquear los ataques de Wilder, el británico lanzó una bomba en la cara de su oponente y lo tiró al suelo, lo que obligó al árbitro a abrir una cuenta. En la cuarta ronda el panorama se invirtió, con el estadounidense devolviendo la caída sobre Tyson.
Tyson Fury estuvo cerca de terminar el enfrentamiento en el séptimo asalto y octavo asalto, cuando castigó a su oponente con una fuerte secuencia de golpes. En la octava ronda, Wilder tuvo que hablar con los árbitros para decir que estaba listo para jugar. Sin embargo, en el undécimo asalto, Fury golpeó una bomba más sobre el estadounidense, quien cayó sin reacción al suelo, poniendo fin a la pelea.
Con este triunfo, el inglés mantuvo su invencibilidad en el arte noble y ahora el deportista suma 31 victorias, con 22 de ellas por nocaut y un empate en su récord.
