A principios de este mes, la junta médica prohibió a Tracy Cortez competir en el UFC Orlando y su pelea contra Amanda Ribas fue eliminada de la cartelera. En su momento, ni la liga ni la deportista entraron en detalles del verdadero motivo de la medida. Casi un mes después del evento, la peso mosca estadounidense (125 lb) dio indicios de lo que pudo haber motivado la cancelación del enfrentamiento contra la brasileña.
A través de sus redes sociales, Tracy rompió el silencio y admitió que atraviesa un período turbulento en su vida personal. Conmocionada, la luchadora resaltó que su momento actual está dedicado únicamente a cuidar su salud mental, pese a garantizar un regreso a los octágonos en el futuro.
“Sé que después de mi pelea desaparecí de las redes sociales, seré lo más honesta posible. Estoy en un punto de mi vida en el que estoy pasando por algo, física y mentalmente. Quería decir que no he estado bien de la cabeza desde agosto. La vida me ha puesto a prueba en circunstancias que nunca esperé. Me estoy curando, priorizando mi salud mental y tomando un día a la vez. Recibo muchas preguntas sobre cuándo voy a pelear y, sinceramente, no lo sé, ¡pero volveré, más fuerte y mejor, con un propósito más grande que nunca! No me rindo, nunca he sido de las que se dan por vencida. Soy una luchadora, una guerrera. He peleado batallas en la vida desde que tengo memoria y esta es solo una nueva etapa en la que saldré victoriosa. No me sentaré a esperar a que pase la tormenta, la atravesaré con la frente en alto”, escribió la atleta estadounidense.
Con tan solo 29 años, Cortez se perfilaba como una de las grandes revelaciones de las MMA femeninas de los últimos tiempos, con un récord de 10-1. Desde que llegó a la UFC en 2019, la peso mosca se ha mantenido invicta con cuatro victorias, lo que la elevó al puesto 13 en el ranking de la categoría de las 125 lb.