Desde su lanzamiento en noviembre de 2022, Power Slap, una liga de bofetadas, ha dividido las opiniones entre la comunidad de lucha. Sean O’Malley, la estrella de la UFC, se sumó recientemente a la lista de figuras que no simpatizan con la modalidad. Aunque sabía que la organización fue fundada por su jefe, Dana White, ‘Sugar’ habló en voz alta y enfatizó los riesgos para la salud a los que están sujetos los participantes que compiten.
En su canal de YouTube, el número 1 del ranking de peso gallo (135 lb) de la UFC dijo que no podría ver la práctica de la modalidad, precisamente por el conocimiento que tiene como luchador de las MMA. Según O’Malley, los participantes de la liga de bofetadas pueden sufrir conmociones cerebrales y daño cerebral.
“Es raro porque a algunas personas les encanta. Puedo ver el tipo de parte de ‘The Ultimate Fighter’ en la televisión, los concursantes en la casa, conocerlos y sus historias. Pero el ‘deporte’ en sí, llámalo como quieras, no puedo verlo. No consigo. No sé si no puedo ver porque entiendo lo que son las conmociones cerebrales. Lo sé bien, he pasado por ellos. Sé lo malo que es hacerle eso a tu cerebro… Ni siquiera puedo mirarlo”, opinó Sugar.
El tema central que se debate sobre las competencias de ‘bofetadas’, a juicio de muchos especialistas, es el hecho de que los competidores reciben fuertes golpes en la cabeza sin poder defenderlos. En los torneos, por ejemplo, es común que luego de un ataque rival, los atletas caigan noqueados al suelo. El ‘Power Slap’ fue creado en 2022 por Dana White, Lorenzo Fertitta y Craig Piligian, en sociedad con la UFC y Endeavor, y producido por el grupo mediático ‘Pilgrim’.
