Sean O’Malley habló sobre un período turbulento en su carrera de MMA y ofreció una inusual autocrítica entre los nombres más destacados de UFC. En una entrevista reciente con el podcast ‘Between Rounds’, el excampeón de peso gallo (135 lb) reveló que, durante un tiempo, dejó de actuar con autenticidad mientras intentaba seguir los pasos de Conor McGregor, una figura a la que siempre consideró una gran inspiración.
Conocido por su estilo irreverente y su impactante imagen, ‘Suga’ admitió que se excedió al intentar encarnar la actitud segura y provocadora que catapultó al irlandés al estrellato. Afirma que este intento de adaptar su personalidad al estilo de McGregor terminó dañando su esencia.
«Definitivamente veía a Conor como un modelo a seguir. La forma en que se presentaba en las peleas, la confianza para decir lo que iba a pasar: ‘Voy a noquear a este tipo en el segundo asalto’. Aprendí mucho de eso. Pensé: ‘Bueno, puedo tener esa confianza’. Pero creo que terminé perdiéndome a mí mismo, en cierto modo, queriendo demasiado ser Conor en lugar de ser yo mismo», confesó.
Lucha forzada
La referencia a la pelea contra Merab Dvalishvili en el UFC 306 es significativa. Según O’Malley, fue precisamente en ese evento donde sintió que estaba creando un ambiente de rivalidad que, en la práctica, no existía.
«Esa fue mi segunda defensa del título, y pensé: ‘Quiero que esto sea un gran logro’. Pero no lo sentí como algo importante. No sentía que Merab fuera un nombre famoso. Tuve que forzarlo. Fue en Sphere, y sentí que necesitaba crear algo. Y no me gustó cómo me hizo sentir, porque no odiaba a Merab. Me hubiera encantado noquearlo… Pero siento que lo hice demasiado personal, y eso no me gustó, aunque fue la única vez que realmente forcé algo», explicó.
Sean O’Malley fue derrotado por Dvalishvili y perdió el cinturón. En la revancha, en el UFC 316, volvió a ser derrotado. Tras los resultados negativos, el luchador inició un proceso de introspección e hizo ajustes significativos en su rutina, como eliminar las redes sociales de su teléfono para reducir las distracciones. El objetivo, dice, es redescubrir el equilibrio entre el entretenimiento —parte fundamental del deporte— y mantenerse fiel a sí mismo.