La estrella principal en la historia de las MMA femeninas, Ronda Rousey, fue vista por muchos como imbatible en su apogeo en UFC. Sin embargo, en noviembre de 2015, Holly Holm conmocionó al mundo y, con un emblemático nocaut mediante patada a la cabeza, puso fin a la racha invicta de la entonces campeona de peso gallo (135 lb) de la organización en UFC 193. Casi una década después del fatídico enfrentamiento, ‘Rowdy’ reveló que sufrió una conmoción cerebral antes de la pelea y afirmó estar por debajo de sus capacidades cognitivas durante la primera derrota de su carrera.
En la promoción de sus próximas memorias, llamadas ‘Nuestra lucha’, publicadas oficialmente el pasado martes (2), Ronda Rousey admitió que el proceso que precedió al duelo contra Holm fue uno de los peores posibles. En una entrevista con el canal de YouTube ‘Valeria Lipovetsky’, la judoka estadounidense afirmó haber sufrido un accidente doméstico que habría comprometido su resistencia cerebral y su capacidad para absorber golpes.
“Estuve ‘sin aliento’ de pie durante toda la pelea. Mi protector bucal estaba malo. Literalmente entré en esa pelea con una conmoción cerebral por resbalar y caer por las escaleras después de todos estos años de conmociones cerebrales. Luego tuve una reducción de peso absolutamente terrible, lo que significa que tienes menos líquido en el cerebro para protegerlo. Estaba tratando de hacer que pareciera que no estaba herido, pero cognitivamente ya no estaba allí . No podía pensar tan rápido. No pude juzgar la distancia. Y sólo a partir de esa pelea, todos pensaron: ‘Oh, ella es un fraude’. Sé que soy el mejor luchador que jamás haya existido. Pero cuando llegué a un punto en el que sufrí tanto daño neurológico que no pude más, de repente todo lo que logré ya no significó nada”, dijo Ronda Rousey.
Conmociones cerebrales obligaron a la jubilación
Después del revés ante Holm, Ronda Rousey volvió a competir en 2016, pero fue eliminada nuevamente, esta vez por Amanda Nunes. La nueva derrota hizo que la estadounidense decidiera colgar los guantes, cuando todavía tenía apenas 29 años.
El retiro juzgado anticipadamente por la afición y la prensa fue justificado recientemente por ‘Rowdy’. Según la deportista, ya tenía un intenso historial de conmociones cerebrales desde que se dedicaba exclusivamente a las competiciones de judo. Por lo tanto, mantenerse activa como luchadora profesional podría dañar aún más tus funciones cognitivas.