Ronda recibió el trofeo del Salón de la Fama de UFC de Dana White – Diego Ribas
Durante más de dos años, Ronda Rousey fue la estrella absoluta de la UFC. La peso gallo (61 kg) reinó en la categoría y permaneció invicta, con victorias de rayo, utilizando principalmente su especialidad que era el brazo. Sin embargo, en noviembre de 2015, la atleta experimentó su primera pérdida en MMA profesional y nunca volvió a ser la misma. Han pasado más de tres años desde la última pelea y la estadounidense garantiza que tomó la decisión correcta al retirarse.
En una entrevista en su canal en ‘Youtube’, Ronda reveló que los fanáticos se acercan constantemente a ella para pedirle que regrese a las competiciones. Sin embargo, ahora una estrella de cine y WWE, organización de telecacth, la ex campeona de UFC rechazó cualquier posibilidad de hacer más peleas de MMA, además de enfatizar que no necesita demostrar su valía a nadie.
“No hay un día en que la gente no me diga que pelee. Tengo que tratar de pensarlo: ‘¿Preferiría ser el mejor de todos, o todos piensan que soy el mejor de todos?’ Solía ser muy importante para mí tener ambos, pero ahora ha llegado al punto en el que no quiero sacrificarme a mí mismo ni a mi familia para demostrarlo a muchas personas que no se preocupan por mí”, dijo, enmendando.
“Lo sé, y las personas que me aman lo saben. Ya no es una prioridad en mi vida. Todas las personas que te dicen: ‘Vamos, lucha de nuevo, hazlo de nuevo’. Nunca harían eso por mí”, agregó ‘Rowdy’, quien tuvo su última pelea de UFC en diciembre de 2016.
Ronda Rousey llegó al UFC después de tener éxito en Strikeforce y ser una atleta invicta después de seis apariciones. De 2013 a 2015, la estadounidense acumuló siete triunfos más y mantuvo su título el peso gallo, hasta que Holly Holm la superó. En la otra oportunidad que tuvo para recuperar el título, también fue noqueada por Amanda Nunes. Después de anunciar su partida de la organización, ‘Rowdy’ también se incluyó en el Salón de la Fama de la organización presidida por Dana White.
