Ronda Rousey, la estrella principal que jamás haya producido el MMA femenino y pionera en UFC, no se siente bienvenida en los deportes de combate e incluso en los eventos la empresa en la que se catapultó.
Debido al legado del judoka, la frase anterior parece contener ironía, pero no es así. Retirada desde 2016, ‘Rowdy’, a diferencia de la mayoría de las estrellas cuando colgó los guantes, no permaneció vinculada a las artes marciales mixtas en otro ámbito y, como resultado, vio cómo su nombre en la prensa fue disminuyendo paulatinamente. Y esta ‘desaparición’ fue premeditada por la deportista estadounidense.
En entrevista con el canal ‘Alto Rendimiento’, Ronda Rousey volvió a demostrar su dolor ante la prensa de MMA quienes, en su momento, según ella, no escatimaron en críticas tras sus derrotas ante Holly Holm y Amanda Nunes, que culminaron con su jubilación.
Como una especie de ‘trauma’ del episodio, la judoka estadounidense ni siquiera asistió a un evento de UFC como fanático, por temor a recibir una reacción negativa de los fanáticos.
«Pregúntale a la prensa de MMA, dijeron que yo era sólo una exageración, un fraude, simplemente afortunada y una perdedora. Se dijo todo lo negativo que se podía decir, y realmente me siento vilipendiada por los medios de MMA en este momento y no muy bienvenido de nuevo, razón por la cual no he asistido a ninguna pelea de UFC desde que (me retiré). Estoy segura de que si entrara a la arena, me abuchearían. Así es como me siento. Lo vivo (críticas de fans). Ojalá no me (molestase). Les di todo lo que tenía, pero no fue suficiente», dijo Ronda Rousey.
Jubilación
Las derrotas hicieron que la estadounidense decidiera colgar los guantes, cuando todavía tenía apenas 29 años. El retiro anticipado por los fanáticos y la prensa fue justificado recientemente por Ronda Rousey en el lanzamiento de sus memorias llamadas ‘Our Fight’.
Según la deportista, ya tenía un intenso historial de conmociones cerebrales desde que se dedicaba exclusivamente a las competiciones de judo. Por lo tanto, mantenerse activo como luchadora profesional podría dañar aún más tus funciones cognitivas.