Desde su primera pelea oficial, a principios de julio, Israel Adesanya y Dricus du Plessis han dejado claro -con las caras pegadas y un intenso intercambio de miradas- que la rivalidad entre ambos tiene un sabor especial.
Mientras se debate una disputa personal que involucra raíces africanas, los peleadores tendrán la oportunidad de resolver el conflicto este sábado (17), cuando encabecen la cartelera de UFC 305, en Perth (Australia).
Actual campeón de peso medio (185 lb), Dricus nació y aún vive en Sudáfrica y utiliza esto como una trampa para cuestionar las raíces africanas de Adesanya, su rival. El nigeriano, exposeedor del cinturón de la categoría, se mudó a Nueva Zelanda, donde vive y entrena con el equipo ‘City Kickboxing’. Por lo tanto, como ya no tiene contacto con su cultura local en Nigeria, Du Plessis ataca extremadamente a Izzy sobre el tema.
Enojado por las insinuaciones, Adesanya admitió que la rivalidad se había convertido en una disputa personal y prometió «torturar» a Dricus dentro del octágono. Además, el nigeriano afirmó que su oponente habría vivido una vida privilegiada en Sudáfrica y, por ello, utiliza el delicado tema con ironía y como herramienta de provocación.
Llorando en la rueda de prensa
La charla basura de Dricus, como se esperaba, aumentó aún más durante la semana de la pelea. Su punto máximo se vio en la rueda de prensa de UFC 305, cuando el sudafricano le sacó lágrimas a Adesanya con sus provocaciones con el micrófono en mano.
El campeón de peso medio recordó irónicamente supuestos detalles de la infancia de ‘Izzy’ quien, claramente molesto, terminó llorando durante toda la interacción, una escena muy rara en los deportes de combate y que demuestra la veracidad de los sentimientos entre deportistas.
¿Evento en África?
Para echar más leña al fuego y aprovechar el acalorado debate, Dana White le hizo una audaz promesa a Dricus: si el sudafricano vence a Adesanya este sábado, el presidente está dispuesto a celebrar el primer evento de la historia de UFC en el continente africano, precisamente en el país del actual campeón.
Con la maniobra, el director intenta cumplir un viejo deseo de la empresa y, como beneficio adicional, deja a ambos luchadores aún más motivados en vísperas de la tan esperada pelea.
