Si bien es un luchador folclórico debido a sus declaraciones y comportamiento, Derrick Lewis también es extremadamente peligroso y sus números lo demuestran. No en vano, ‘The Black Beast’ es el peso pesado que más noqueó en la historia de la UFC (12 veces). A pesar de tener muchas víctimas en su cartel, una de ellas es especial para el estadounidense.
Durante su participación en el podcast ‘The Joe Rogan Experience’, Lewis eligió el nocaut aplicado a Alexander Volkov como su favorito por la violencia y también por la importancia que tenía. En el duelo celebrado en 2018, el ruso dominó las tres rondas y parecía que su victoria era solo cuestión de tiempo para celebrar, pero metió la pata en la parte final y pagó el precio.
Con diez segundos para el final, Lewis hizo un último intento de ataque, fue recompensado por resistir los golpes de Volkov y dio un giro épico. Con el triunfo sobre ‘Drago’, la UFC definió a Lewis como un retador de peso pesado en la secuencia y ese recuerdo no abandonó la mente del estadounidense, que jugó con el escenario post-pelea.
“Ese fue mi favorito. La multitud lo hizo muy satisfactorio por la forma en que reaccionó. Ver la reacción de uno de los actores de ‘Guardianes de la Galaxia’ hizo que valiera la pena. Le dije a mi entrenador que, como pelearía con un ruso, sería bueno tener una de esas peleas de ‘Rocky’ y, seguro, fue una pelea así. Fue muy loco, porque terminó, exactamente, como una película. Mi gerente se desmayó. Todos estaban tan emocionados que llamaron a la policía, porque mis vecinos y algunos fanáticos se volvieron locos”, detalló Lewis.
Derrick Lewis peleó por el cinturón peso pesado en una ocasión (contra Daniel Cormier) y actualmente está cerca de desafiar al campeón de la categoría por segunda vez. En tanto, ‘The Black Beast’, vive una gran etapa en las MMA, con cuatro victorias consecutivas y posee la segunda posición del ranking de la división, por lo que la prensa especializada especula que el luchador podría batirse en duelo contra el ganador de la revancha entre Francis Ngannou y Stipe Miocic.