El exluchador de UFC y veterano del Ejército de EE. UU., Tim Kennedy, se vio envuelto en una polémica tras admitir haber mentido públicamente sobre una condecoración militar que nunca recibió.
La controversia se intensificó tras la viralización de un video en redes sociales, reavivando las dudas sobre la veracidad de su historial.
La grabación fue publicada por Nathan Cornacchia, también exmilitar y actual creador de contenido, y recuperó una entrevista de 2017 en la que Kennedy afirmó haber sido galardonado con la Estrella de Bronce al Valor. Es uno de los máximos honores militares que se otorgan en Estados Unidos a los soldados que demuestran heroísmo en combate. En ese momento, también describió un supuesto enfrentamiento que dio lugar a la condecoración.
La revelación causó un gran revuelo, especialmente entre los miembros de la comunidad militar, quienes consideran este tipo de falsa acusación una falta de respeto hacia quienes arriesgaron, o perdieron, sus vidas para lograr este reconocimiento.
Ante la reacción negativa, Tim Kennedy recurrió a las redes sociales y publicó una extensa disculpa. En el comunicado, admitió haber cometido un error al exagerar o distorsionar partes de su historial militar. También afirmó su compromiso de adoptar una postura más transparente y responsable en el futuro.
Ver la disculpa completa
Quiero asumir la plena e inequívoca responsabilidad por un grave error. A lo largo de los años, he hecho declaraciones públicas y participado en entrevistas en las que , sin querer, tergiversé aspectos de mi servicio militar. En particular, sugerí, directa o indirectamente, que me habían concedido la Estrella de Bronce al Valor. Esto no es cierto y no tiene excusa. Nunca recibí ese honor y lamento profundamente haber insinuado lo contrario.
Este tipo de reconocimiento es sagrado. Representa una valentía extraordinaria bajo fuego enemigo, actos que arriesgaron vidas o las costaron. A quienes verdaderamente se ganaron esta medalla, a sus familias y a sus compañeros de uniforme, les ofrezco mis más sinceras y directas disculpas. Lo que dije faltó al respeto a su servicio, y asumo toda la responsabilidad por ello.
Era joven cuando entré al ojo público, y aunque no estaba preparado para el escrutinio ni la presión que esto supuso, eso no me absuelve. Debería haberlo sabido. La integridad no es algo circunstancial, y no cumplí con los estándares que decía representar.
A la comunidad militar y de veteranos, especialmente a quienes sirvieron en combate o perdieron a seres queridos, les pido disculpas sinceras. Sé que decepcioné a muchos de ustedes. Tenían todo el derecho a esperar más de mí, y no cumplí.
Esta disculpa no es el final, es el principio. Me comprometo a reconstruir la confianza mediante la reflexión honesta, la rendición de cuentas visible y el servicio continuo a la comunidad ante la que me presenté falsamente. Ya no hablaré de mi servicio de una manera que me enaltezca más allá de lo que realmente hice.
De ahora en adelante, mis palabras se guiarán por la verdad, la humildad y el respeto.
Entiendo que las palabras por sí solas no pueden sanar las decepciones ni restaurar la confianza. Solo el tiempo y las acciones pueden lograrlo.
Agradezco a quienes me exigieron cuentas. Haré todo lo posible por cumplir con esa obligación de ahora en adelante.
