El pasado sábado (10), en Salt Lake City (EE.UU.), Mike Richman tuvo un duro día de trabajo. El entonces campeón de la categoría semipesado (185 lb) en el ‘Bare Knuckle Fighting Championship’, el estadounidense fue noqueado en el cuarto asalto y debidamente destronado por Josh Dyer. Además de la pérdida deportiva, el veterano del boxeo a puño limpio tendrá que lidiar con las cicatrices de la batalla que libró, ya que abandonó el combate que encabezó la 74 edición del evento con el rostro completamente desfigurado.
A través de sus redes sociales, Richman asustó a los fanáticos de los deportes de combate con el ‘antes y después’ de sus lesiones en el rostro. Al parecer con la nariz rota y numerosos cortes en la frente y cerca de los ojos, Rich tuvo sus heridas cosidas por el equipo médico del ‘BKFC’. Tras la derrota, el estadounidense también planeó un cambio de rumbo en su carrera.
«Por eso lo llaman deporte sangriento. Quiero mucho a todos los que aún me apoyan. Aún no he terminado. Sin embargo, he decidido oficialmente que ya no seguiré luchando contra estos monstruos gigantes de la categoría de 185 lb, especialmente con mi buen amigo y salvaje en la cima de la montaña. Me verán de nuevo en 170 lb y aspirando a 165 lb. Les agradezco a todos sus comentarios, tanto positivos como negativos. Esto es lo que hacemos, en las buenas y en las malas», dijo Mike en su perfil oficial de Instagram.
El campeón ataca a Mike Perry
Si bien se espera que Richman continúe su carrera en una categoría de peso inferior, su último torturador también ya tiene un plan para la siguiente ronda. Con la vista puesta en enfrentamientos aún más destacados, Josh Dyer centró su atención en la mayor estrella del boxeo a puño limpio: Mike Perry. Tras convertirse en campeón de 185 lb de la ‘BKFC’, el estadounidense retó al expeleadpr de la UFC en el ring. Ahora queda por ver si el choque contra ‘Platinum’ se concretará en el futuro.