El anuncio sobre el fin de la asociación entre el UFC y la USADA, a partir del 1 de enero de 2024, conmovió a la comunidad de las MMA y dividió opiniones. Pero para el brasileño Paulo Costa, uno de los principales «objetivos» de la agencia antidopaje estadounidense en los últimos tiempos, el cambio de mando del programa para combatir el uso de sustancias ilegales sirve como una especie de alivio psicológico.
A través de sus redes sociales, ‘Borrachinha’ no ocultó su satisfacción por el fin de su relación e incluso denunció haber sufrido problemas de ansiedad. Según el peso mediano, el método de trabajo de la USADA, con las constantes visitas de la entidad para realizar pruebas sorpresa, le provocó agotamiento mental e interfirió en su rutina como luchador.
“Odio la forma en que me persiguió la USADA. A veces, en campos de entrenamiento duros, solía sentir ansiedad antes de acostarme porque me despertaban a las 4 a.m. para orinar y sacarme sangre. Solo podía dormir después de romper mi dieta y dormía tres horas más tarde, perdiendo un sueño de calidad y el ejercicio matutino. Una vez vinieron cuatro veces en la misma semana. Esa vez hice siete pruebas en apenas una semana”, relató Costa.
El «objetivo» de la USADA
Dueño de un físico impresionante incluso para un atleta de alto rendimiento, Paulo Costa es objeto de sospechas por parte de la comunidad de las MMA por el posible uso de sustancias prohibidas, principalmente esteroides anabólicos. Quizás por eso, el brasileño es el atleta más examinado por la USADA en 2023 -y uno con mayor número de pruebas realizadas en los últimos años-.
Sin embargo, hasta el momento, el nativo de Minas Gerais sigue ileso en los controles antidopaje. A pesar del elevado número de controles realizados, el atleta nunca fue sorprendido en ningún caso de dopaje. Su único incidente con la USADA se produjo en 2019, cuando fue suspendido retroactivamente durante seis meses por el uso de reemplazo intravenoso sin una solicitud de AUT (exención de uso terapéutico).