Un día como hoy pero del año 1960 debutaba en el cuadrilátero de boxeo una de las figuras más importantes en la historia de esta disciplina, un muchacho para ese entonces desconocido llamado: Cassius Marcellus Clay, Jr. Y luego mejor conocido como Muhammad Ali.
El combate se llevó a cabo en el Freedom Hall de Lousville, el joven afroamericano que para ese entonces contaba con 18 años se enfrentaba a Tunney Hunsaker, un policía de 30 años.
La pelea se detuvo en el sexto asalto debido a que el rostro de Hunsaker emanaba sangre desde el tercer round consecuencia de los golpes conectados por aquél joven que venía de ser campeón olímpico en los Juegos de Roma y daba el salto al boxeo profesional.
Más de 6.000 espectadores presenciaron aquella noche cómo su rival quedó casi desfigurado antes que pararan la pelea, el policía cobró para la época 300 dólares por esa presentación y quedó sorprendido ante el potencial del muchacho: el «gigante que se mueve como un enano y pega como un elefante», dijo.
Por su parte Alí siempre recordó a Hunsaker como el hombre «que me dio uno de los golpes más duros en el cuerpo en toda mi carrera».
Alí ganaría 54 peleas más en su carrera como profesional de las 61 que afrontó, ese combate en especial le dejó 2.000 dólares, además un contrato de patrocinio por $18.000.
Cuatro años después el aún Cassius Clay se coronaba como campeón del mundo de los pesados ante Sonny Liston después de 19 peleas invicto. Decidió entonces cambiar de nombre, empezar otras luchas. Nacía un mito y uno de los más grandes pugilistas de la historia.
