Debido a la pandemia del coronavirus y al GP de peso mosca, que definiría a su próximo oponente, Adriano Moraes se vio obligado a esperar más de dos años para volver a meterse en la jaula del evento asiático, pero el retraso valió la pena. El 7 de abril, el brasileño defendió el cinturón de la categoría ‘ONE Championship’ al noquear al estadounidense Demetrious Johnson en el segundo asalto del enfrentamiento.
La victoria y la exitosa defensa del título ya serían motivos de celebración del brasileño, pero la forma en que logró el triunfo duplicó la sensación de satisfacción del deportista. Después de todo, el ex campeón de la UFC nunca había sido noqueado en 34 peleas en MMA profesional. Por eso, en una entrevista exclusiva al reportaje de Ag.Fight, ‘Mikinho’ destacó la hazaña histórica.
“Fue demasiado bueno. Veo la repetición y me dan ganas de celebrar de nuevo (risas). Conmocionamos al mundo de una manera increíble. Necesitaba esta pelea para que la multitud viera más de mi trabajo. Crecí en ONE, he estado allí por mucho tiempo y nunca tuve esa ventana, porque nunca peleé en la UFC, y la multitud está más emocionada con la UFC. Cuando Demetrious llegó a ONE, dije: ‘Es mi oportunidad’. Dije que quería pelear con él, que no quería otra pelea. Esperé dos años para esta pelea, estaba tranquilo, estaba el coronavirus, estaba entrenando. El resultado no podría ser mejor. Hicimos historia”, celebró el deportista.
Como atleta experto en jiu-jitsu, Moraes, en teoría, tendría su zona de confort para el duelo en el arte suave. Por eso, la forma en que el brasileño noqueó a Demetrious sorprendió no solo a su rival, sino a parte de la afición que asistió al evento. Consciente de las repercusiones, ‘Mikinho’ dijo que tenía confianza en sus golpes de pie.
“Recuerdo que le dije a mi entrenador de striking, Katel Kulbis, que si noqueaba no me sorprendería. (…) Hicimos mucho entrenamiento en esa rodilla cuando llegó. Debido a nuestros tamaños, iba a moverme mucho y golpear el largo. Le había estado pidiendo que entrara, cuando le di la rodilla voladora y casi lo consigo. Regateó, pero cuando entró yo apliqué el upper. Esto lo entrenamos mucho”, explicó el peleador.
Precisamente el rodillazo que cedió allanó el camino para el nocaut que también inició una polémica, cuando parte de la prensa estadounidense se quejó del golpe asestado. Una de las razones de la disputa es que este ataque está prohibido por las reglas unificadas que rigen el deporte en Estados Unidos. Cuando se le preguntó sobre la protesta, Moraes bromeó.
“Le pegué al chico, claro que iban a llorar. Si fuera al revés, lo encontrarían hermoso (risas). Solo me reí. Es ese dicho: ‘Habla bien o habla mal, pero habla de mí’. En ONE vale es otra regla, es el estilo oriental de lidiar con las artes marciales. No es la UFC. La rodilla en el suelo vale y le pegué sabroso. Llorar es gratis (risas) ”, completó el brasileño de 31 años.