Si bien la anticipación por el tan esperado enfrentamiento entre Jon Jones y Tom Aspinall sigue siendo alta en las redes sociales, la realidad detrás de escena en la UFC parece mucho menos prometedora. A pesar de las frecuentes declaraciones del presidente Dana White asegurando que la pelea por unificar los cinturones de los pesos pesados se concretará, el veterano Renato ‘Moicano’ se muestra escéptico.
En una entrevista con ‘MMA Fighting’, el brasileño criticó la larga espera impuesta al campeón interino y comparó la situación con la vivida por Michael Chandler, quien lleva años esperando un enfrentamiento con Conor McGregor. Según él, el campeón absoluto solo estaría ganando tiempo para evitar un enfrentamiento con el británico, representante de la nueva generación de la división.
«Creo que es absurdo. [Jones] está haciendo lo mismo que [McGregor] hizo con [Chandler], dos años esperando, queriendo pasar el mejor momento de Tom Aspinall. La diferencia es que uno es campeón, pero McGregor fue más que campeón porque tenía el bombo de McGregor», dijo.
Aunque reconoce el interés de la organización en promover el duelo, Moicano apunta a un dilema comercial. Con nuevas negociaciones televisivas en curso, que involucran a gigantes como Netflix y Amazon, figuras históricas como Jones y McGregor continúan siendo activos valiosos en la mesa de negociaciones. Para él, la empresa sigue dependiendo de estas imágenes para sostener su valor de mercado, aunque retrase enfrentamientos relevantes en el aspecto deportivo.
«La UFC está en una situación difícil porque, al mismo tiempo que quiere resolver esto, todavía necesita a Jon Jones, al menos su imagen, al igual que necesita a McGregor. Son dos problemas que la UFC preferiría no tener, pero si mandan a estos tipos a la, o si los sacan de la foto, la empresa pierde mucho», analizó.
Falta de nuevas estrellas
A juicio del luchador, el momento actual de las MMA carece de nombres con gran atractivo mundial. Con algunas excepciones, como Alex Pereira —quien, según él, perdió fuerza tras ser derrotado por Magomed Ankalaev—, la mayoría de los campeones aún no han podido cautivar al público fuera del nicho.
«Dime, ¿qué campeón es popular hoy?», se pregunta, citando a atletas que ostentan el cinturón como Alexandre Pantoja, Merab Dvalishvili, Dricus Du Plessis e incluso Ankalaev como ejemplos de talento deportivo que no se traduce en alcance mediático.
Moicano también critica el modelo de negocio actual de la compañía, basado en contratos de bajo costo con los atletas de las Contender Series y altos montos pagados por las ciudades anfitrionas para albergar eventos. En su opinión, esta estructura permite que la máquina de la UFC funcione de manera eficiente, independientemente de quién esté en la cima de la clasificación. Aun así, para impresionar a los inversores y a las plataformas de streaming, son los grandes nombres los que marcan la diferencia.
«McGregor tiene un poder de negociación absurdo con la UFC. Y la gente no entiende que fue la UFC la que creó a McGregor. No puedes tomar a cualquiera y tratar de repetir la fórmula; necesita una personalidad muy específica para hacer un nuevo McGregor. Pero al mismo tiempo, sin la máquina de UFC, no se habría convertido en el monstruo que es hoy. La organización tiene que ser muy cuidadosa. Tienes que vigilar al lobo para que no crezca demasiado, ¿sabes? El lobo tiene que permanecer pequeño para asustar a los demás, pero no puede morder al dueño», concluyó.
Las declaraciones de Moicano reavivan el debate sobre el equilibrio entre el mérito deportivo y el entretenimiento dentro de la liga de MMA más importante del mundo. Si bien el octágono requiere que los mejores se enfrenten a los mejores, detrás de escena muestran que, cada vez más, los grandes nombres continúan dictando el curso de las peleas, dentro y fuera de la jaula.
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