Este jueves (7), Netflix lanzó los dos primeros episodios de un documental de tres partes llamado ‘Countdown: Paul vs. Tyson’, que muestra el detrás de escena de la preparación de Mike Tyson y Jake Paul para la tan esperada pelea. Y en el material más nuevo puesto a disposición por el gigante del streaming, una declaración llamó la atención de los fanáticos. Con impactantes detalles, el excampeón mundial de boxeo de peso pesado se sinceró sobre la emergencia médica que vivió en mayo y que terminó culminando con la postergación del duelo.
En ese momento, Tyson experimentó náuseas y mareos debido a un ataque de úlcera y necesitó atención médica mientras estaba a bordo de un vuelo de Miami (EE.UU.) a Los Ángeles. Tras el incidente, sus representantes informaron que el boxeador se encuentra bien y la situación está bajo control. Sin embargo, según el relato de ‘Iron’, que vivió él mismo la experiencia, el caso era más grave de lo que circuló en la prensa.
“Fui al baño y vomité sangre. Lo siguiente que recuerdo es estar en el suelo. Estaba defecando alquitrán. Me sentía muy bien y de la nada (unos diez días antes del incidente) comencé a sentirme cansado e incluso le expliqué a mi entrenador que no sabía qué me pasaba. ¿Te imaginas esto? (pierde casi 12 kg). Le pregunté al médico: ‘¿Me voy a morir?’. Y ella no dijo que no. Ella dijo: «Tenemos algunas opciones». Fue entonces cuando me puse nervioso”, reveló el veterano del noble arte.
Se acerca nueva fecha
Originalmente, la pelea entre Jake Paul y Mike Tyson se realizaría el 20 de julio. Sin embargo, debido a la emergencia médica que afectó a ‘Hierro’, el esperado duelo entre el youtuber y el veterano fue pospuesto unos meses y reprogramado para el 15 de noviembre. La ubicación, sin embargo, se mantuvo, realizándose el espectáculo en el estadio ‘AT&T’ de los ‘Dallas Cowboys’, en Texas (EE.UU.), con transmisión exclusiva por el gigante del streaming ‘Netflix’.