El mayor representante activo del boxeo a puño limpio y expeleador de la UFC, Mike Perry, fue detenido en Florida (EE.UU.), el pasado sábado (12), acusado de conducir bajo los efectos del alcohol. Los registros en línea de la Oficina del Sheriff del condado de Lake confirman que el atleta estadounidense fue arrestado por el Departamento de Policía de Clermont alrededor de la 1 a.m. hora local por un cargo de conducir bajo los efectos del alcohol, junto con un delito grave por negarse a firmar una citación que requiere comparecencia ante el tribunal, ambos considerados delitos graves de segundo grado.
Después de ser abordado en la calle, Perry fue llevado a una prisión y arrestado a las 4 am. Cinco horas más tarde, a las nueve de la mañana, la estrella del ‘BKFC’, una liga de boxeo a puño limpio, quedó en libertad bajo fianza fijada en 1.500 dólares. Según registros, era la primera vez que ‘Platinum’, como se le conoce, cometía un delito de esta naturaleza: conducir bajo los efectos del alcohol.
Según un informe policial obtenido por el sitio web ‘MMA Fighting’ a través del Departamento de Policía de Clermont, Mike Perry supuestamente fue detenido después de conducir a más de 30 km/h por encima del límite indicado para la carretera, de acuerdo con el velocímetro del agente.
El oficial notó un olor a alcohol proveniente del vehículo, pero Perry negó haber consumido bebidas alcohólicas. Luego, el peleador supuestamente se negó a realizar una prueba de sobriedad en el campo.
Después de que supuestamente le informaron que tal postura resultaría en su arresto, Perry se mantuvo firme y rechazó la prueba nuevamente. Así, el luchador fue esposado y transportado al Departamento de Policía de Clermont para una prueba de alcoholemia. Una vez en prisión, el estadounidense rechazó no solo la prueba, sino que también firmó la citación por conducir en estado de ebriedad, dando lugar a la segunda acusación contra el deportista.
¿Posibilidad de arresto?
A pesar de estar libre después de pagar la fianza, Mike Perry aún debe rendir cuentas por el episodio. El estadounidense deberá comparecer ante el tribunal el 30 de octubre. Si es declarado culpable, el luchador podría afrontar, en el peor de los casos, hasta 60 días de prisión y una multa de 500 dólares, de acuerdo con las posibles penas por un delito menor de segundo grado previstas por la ley en el estado de Florida.
