El sábado pasado (23), para la pelea inaugural de la cartelera principal de UFC 257, celebrada en Abu Dabi (EAU), Marina Rodríguez superó a su compatriota Amanda Ribas y logró su tercera victoria para la organización. El triunfo, sin embargo, se produjo con cierto suspenso. La indecisión del experimentado árbitro Herb Dean, encargado de conducir el combate, sobre el momento adecuado para interrumpir el combate obligó a la gaucha a aplicar “dos nocauts en la misma noche”, según expresó la propia luchadora.
Al principio del segundo asalto, Marina conectó un poderoso puñetazo con la mano derecha a la cara de su oponente, llevándola al suelo. Con Amanda desorientada, la luchadora asestó algunos golpes más que, con el acercamiento inmediato de Herb Dean, parecían haber terminado la pelea.
Pero, sorprendentemente, pese al acercamiento, el árbitro no interrumpió la pelea y Marina, que ya le había dado la espalda para festejar el triunfo, tuvo que emprender de nuevo el enfrentamiento hasta que, tras unos cuantos ataques más, garantizó un resultado positivo. En la conferencia de prensa posterior al espectáculo, la peso paja (115 lb) detalló el momento confuso al final de la pelea y bromeó sobre el hecho de que tuvo que noquear a su oponente dos veces para ganar la victoria.
“Cuando fui a terminar la pelea, terminar de golpearla, vi que ya estaba sin reacción, ya había sentido el primer golpe. Sentí y vi a Herb Dean acercarse con los brazos abiertos y (él) dijo algo. Inmediatamente dejé de golpear, ella no se movía. Mientras salía a celebrar, escuché gritos. Luego me di la vuelta y dije: ‘¿Qué quieres decir?’ Herb Dean continuó con los brazos abiertos. Regresé y tuve que terminar de nuevo. Creo (hubo) dos nocauts en la misma noche”, dijo Rodriguez.
Ahora con tres triunfos, dos empates y un contratiempo -en una polémica decisión dividida de los jueces, ante la ex campeona Carla Esparza- para la UFC, Marina apuesta por la continuidad del trabajo que ha realizado hasta ahora. Con el objetivo de llegar al cinturón, como no podía ser de otra manera, la gaucha destacó que pretende seguir enfrentándose a oponentes cada vez más calificados para ayudarla a evolucionar y alcanzar su meta.
“Seguro que mi próximo paso es seguir trabajando duro. Porque, como dije antes, nunca verás a una Marina igual en cada pelea. Entré a la UFC para convertirme en la mejor del mundo y estoy escalando este espacio, estoy llegando a este espacio poco a poco. Y lo que me da ese bagaje es pelea tras pelea. Entonces, ¿qué espero la próxima vez? Siempre es pelear con alguien mejor. Y mi principal objetivo dentro de la UFC, desde mi primera pelea, es, y siempre será, alcanzar el cinturón. Y eso lo haré, cueste lo que cueste”, prometió.
A los 33 años, Marina Rodríguez ahora tiene 13 victorias, dos empates y solo una derrota en su récord profesional de MMA. La brasileña ocupa actualmente la octava posición en el ranking de peso paja de la UFC, pero puede subir algunos escalones en la nueva actualización de la lista, debido al triunfo sobre Amanda Ribas el pasado sábado.