El 6 de octubre de 2018, tuvo lugar una de las peleas más grandes en la historia de la UFC. En esa fecha, Khabib Nurmagomedov sometió a Conor McGregor y se quedó con el cinturón ligero (155 lbs) de la franquicia. Este evento también es el récord de ventas de pay per view en la historia de la compañía, con 2.4 millones de paquetes en total. Con el tercer aniversario de este duelo acercándose, el ruso señaló cuál fue la clave de su triunfo.
La pelea entre Khabib y McGregor generó expectativas por parte de la afición, principalmente por el choque de estilos entre ambos, ya que el ruso es especialista en grappling y el foco principal del irlandés es el intercambio de golpes de pie. Sin embargo, al menos para ‘El Águila’, tales detalles no fueron fundamentales para que él consiguiera la victoria. En un comunicado a la agencia de noticias ‘TASS’, el ex campeón dijo que la parte mental siempre ha sido su diferencia en relación a su rival.
“La paciencia y la justicia son las claves del éxito. Podría decir que él (McGregor) es malo en esto, pero estaría mal por mi parte. Es un muy buen peleador, golpea muy bien. Pero en nuestra pelea, estaba en otro nivel, mentalmente. No se trataba de quién golpeaba más fuerte, sino de quién era el más duro mentalmente”, dijo el ruso, añadiendo.
“Lo principal era controlar las emociones, porque el mundo nos miraba. Podemos ir a la lucha libre. Hacemos esto toda nuestra vida. Pero cuando ingresa a una zona en la que nunca ha estado, a veces es difícil mantener la compostura. Por eso, en ese momento, me concentré más en mi psicología que en mi físico. Como luchador, Conor es muy bueno, pero mentalmente soy mucho más fuerte”, concluyó ‘El Águila’.
El duelo entre Conor McGregor y Khabib Nurmagomedov tuvo lugar en 2018 y el ambiente para la batalla fue belicoso. En la pelea previa, el irlandés atacó a Khabib, su familia, país y religión y, durante el enfrentamiento, el ruso provocó a McGregor mientras le daba sus golpes. Después de la victoria del entonces campeón de peso ligero de la UFC por sumisión en la cuarta ronda, el octágono fue el escenario de una pelea generalizada entre los miembros del equipo.