Dos veces campeona olímpica de judo, excampeona de la PFL y actual poseedora del cinturón de peso gallo de la UFC (135 lb), Kayla Harrison tiene uno de los currículums más exitosos en la historia de los deportes de combate. A pesar de su envidiable legado, la estadounidense aspira a convertirse, posiblemente, en la mejor boxeadora de todos los tiempos. Y vencer a Amanda Nunes, nombrada como la ‘GOAT’ de las MMA femeninas, podría ser el equilibrio para lograr tal hazaña en su carrera.
En una entrevista exclusiva con el equipo de reporteros de Ag Fight, Kayla admitió que, en los tiempos en que ambos entrenaban juntos en ‘American Top Team’, era la ‘Leona’ quien se llevaba la mejor parte de las actividades. Sin embargo, ahora con mucho más bagaje y adaptado a las artes marciales mixtas, la judoka estadounidense quiere vencer a Amanda Nunes -y convencer- para tener un impacto y legado incuestionable para el deporte.
«Sí (otras cosas me motivan además de Amanda). Todavía tengo gasolina en el tanque y estoy lista para ser una campeona activa. Quiero seguir consolidando mi legado. Realmente me dio una paliza (en la primera práctica) Pero estoy emocionada de entrar allí. Voy a imponer mi voluntad durante cinco asaltos, un minuto a la vez y voy a ganar por nocaut, nocaut técnico o sumisión. Y voy a convertirme en la mejor peleadora de todos los tiempos», proyectó Harrison.
Sacrificio necesario
Pero para tener la oportunidad de compartir el octágono contra Amanda Nunes, Harrison necesita desbancar a otro oponente implacable: la báscula. En los ciclos olímpicos, la estadounidense compitió con 171 lb. En la PFL, dentro de las MMA, Kayla se convirtió en campeona de peso ligero (155 lb). Pero ahora necesita alcanzar el límite de peso gallo (135 lb). El proceso al que la judoca somete su propio cuerpo es tan extremo que incluso le ha hecho plantearse poner fin a su carrera profesional.
«Es difícil. No voy a endulzar la píldora y fingir que es fácil. Me desafía de una manera que nunca antes me habían desafiado. Creo en mi corazón que solo Dios puede quitar esa última libra de mi cuerpo, no soy lo suficientemente fuerte. Es Dios, eso es fe y creencia. Para mí, todo lo que vale la pena en la vida requiere sacrificio. No me gusta bajar de peso y ni siquiera lo apruebo. Pero ese es el sacrificio que estoy dispuesta a hacer para perseguir mis sueños», dijo la judoca estadounidense.
La esperada súper pelea entre las dos estrellas de las MMA femeninas aún no tiene fecha establecida, ya que la brasileña necesita cumplir con el protocolo de seis meses de pruebas antidopaje antes de regresar al octágono. Aun así, el enfrentamiento entre Amanda y Kayla ya está empezando a ganar el estatus de uno de los más grandes en la historia del deporte, dadas las credenciales de los atletas involucrados.
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