Tras ser derrotada de forma contundente por Kayla Harrison en el UFC 316, Julianna Peña reveló que llegó a la pelea lejos de su mejor condición física. En una entrevista con ‘The Ariel Helwani Show’, la excampeona de peso gallo (135 lb) declaró que entró a la jaula con graves lesiones en el brazo y la mano, lo que afectó significativamente su rendimiento .
Finalizada en el segundo asalto tras ser derribada y controlada en el suelo, la veterana no pudo reaccionar ante la presión de la bicampeona olímpica de judo. A pesar de su rendimiento por debajo de las expectativas, la estadounidense explicó que sufrió varios problemas físicos durante el entrenamiento.
«Sufrí varias lesiones durante la preparación para esta pelea. No fue un buen campamento en ese sentido, porque sabía que entraría al octágono con una limitación bastante severa. Incluso pensé en retirarme, pero no fue tan grave como para impedirme pelear, porque sabía que podía con ello”, dijo.
Las lesiones
Conocida como «Venezuelan Vixen», Peña detalló las dificultades que enfrentó en las semanas previas a la pelea. Según ella, los problemas comenzaron en mayo, cuando sufrió una fractura de pulgar durante una sesión de sparring, lo que afectó su fuerza de agarre y su capacidad para sujetarse con firmeza. Días después, una caída accidental durante el entrenamiento empeoró la situación.
«En la segunda semana de mayo, me rompí el pulgar durante una sesión de entrenamiento con mi compañero de sparring y se me hinchó mucho. Sentí como si me hubieran golpeado con un martillo. Me costaba mucho sujetar algo. Todavía me cuesta, mi fuerza de agarre es débil. Pero el 29 de mayo, sufrí una fuerte caída en el octágono, me desgarré el codo y me rompí varios fragmentos de hueso. No podía extender ni flexionar el brazo por completo. Trabajé en ello unos días antes de la semana de la pelea, pero el dolor solo empeoró» —explicó, antes de añadir:
«Sentí como si me hubieran golpeado en la parte posterior del codo con un bate de béisbol . Estaba muy hinchado, y la resonancia magnética y las radiografías mostraron una zona fracturada con muchos fragmentos óseos. Entrar en una pelea diez días después con esto es insoportable, extremadamente doloroso. Es difícil golpear, alcanzar, agarrar, agacharse… me duele todo el tiempo. Me operarán en julio para corregirlo».
A pesar de los obstáculos y el revés en el octágono, Peña dijo que no se arrepiente de haber aceptado el reto. Su único arrepentimiento es no haber estado en plena forma para competir en una pelea tan importante en su carrera.
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