José Aldo y Conor McGregor se enfrentaron en el octágono de la UFC en 2015. En esa ocasión, el irlandés venció por nocaut en apenas 13 segundos e inició el proceso de masificación de su imagen. El impacto de la pelea también se vio reflejada fuera de la jaula, luego de meses de intensa rivalidad entre los atletas. Pocos saben, sin embargo, que el clima entre ellos se volvió amistoso hace años.
En conversación con periodistas presentes en la cartelera de la UFC 283, realizada el sábado pasado (21), en Río de Janeiro, el expeleador, nominado al Salón de la Fama de la organización, reveló que su relación con Conor, a quien llamó amigo, es tan buena que constantemente intercambian mensajes en las redes sociales.
“Hoy no, es más de amistad, le tengo cariño. Lo que pasó, se queda ahí. Siempre hay respeto de mi parte y de él también. Es realmente un amigo, intercambiamos ideas en Instagram. Los fanáticos sienten lo mismo por mí, siempre me dicen que busque a Conor (risas). ¿Cómo voy a conseguirlo? Él fue el que más dinero me trajo”, bromeó el atleta, recordando la gran visibilidad de la disputa, válida para la unificación de los títulos de peso pluma (145 lb), reflejada en las ventas del pay-per-view.
En otro momento, Aldo recordó un momento curioso. Según el veterano, el rival irlandés le obsequió lencería roja en julio de 2016. En esa ocasión, Aldo derrotó a Frankie Edgar para ganar el título interino, ya que Conor había subido de categoría y planeaba mantenerse activo en ambas divisiones.
La razón de la broma es simple. En inglés, el término ‘Red Panties Night’ se refiere a una ocasión especial, cuando marido y mujer celebran y, al final de la noche, van al dormitorio con ropa interior roja. Así que McGregor envió lencería de este color a la habitación del Campeón del Pueblo, lo que tomó con calma.
“Estábamos codo con codo en Red Rock (Casino, en Las Vegas), cuando le gané a (Frankie) Edgar. Seguimos intercambiando mensajes ventana a ventana. (Después de la pelea) Dijo que la noche era mía y mandó la lencería. Pero dijo que la noche era mía pero que él seguía siendo el campeón (risas). Bromas aparte, ningún problema, estuvo muy tranquilo”, comentó, acabando de una vez por todas, y públicamente, con la hostilidad con el irlandés.