Jorge Masvidal y Colby Covington encabezarán el UFC 272, evento programado para este sábado (5), en Las Vegas (EE.UU.). Tras años de amistades y entrenamientos en la academia ‘American Top Team’, los estadounidenses comenzaron a cultivar una intensa rivalidad que apenas llegó a un punto crítico lejos de los focos de la organización.
Quien narra la historia es el propio Masvidal, durante una entrevista con la cadena estadounidense ‘ESPN’. Hace años, cuando Colby aún formaba parte de ATT, una reunión entre ellos en el gimnasio casi termina en pelea y tuvieron que ser separados por sus compañeros de entrenamiento. Todo, al menos en la versión de Masvidal, dejaba al descubierto el carácter dramático y atrayente del rival.
“Todavía no había dicho nada públicamente. Quería hablar con él de hombre a hombre, para que no siguiera ese camino. Pero, si fuéramos por ese camino, podríamos ponernos los guantes y romper en el gimnasio sin que nadie lo sepa”, reveló, adoptando una postura conocida como ‘old school’, donde los asuntos internos se resuelven sin exposición mediática.
Sin embargo, en la versión de Masvidal, una vez que terminó la conversación, Colby habría esperado hasta que se alejara para comenzar a gritar y burlarse, dando tiempo a los presentes para evitar que realmente se produjera una pelea, lo que decretó inmediatamente el final de la amistad y el comienzo de una de las mayores rivalidades en la historia del evento.
“Tan pronto como le di la espalda y algunas personas también lo hicieron, comenzó el espectáculo. Gritaba: ‘Te voy a matar. No vuelvas a hablarme así nunca más. Este tipo me estaba gritando cuando estábamos a cuatro metros de distancia. Me di la vuelta para enfrentarlo, pero ya era demasiado tarde. Toda la academia ya estaba involucrada a causa del espectáculo”, señaló.
En la misma historia, Masvidal afirmó que trató de convencer a Colby para que se reuniera con él horas después en un restaurante japonés que frecuentaban juntos, cuando aún eran amigos. La ‘invitación’ fue rechazada y la confrontación nunca llegó a despegar. ¡Hasta ahora!
