Una de las innumerables controversias fuera del octágono que involucran el nombre de Jon Jones resurgió esta semana. Después de haber sido acusado, a finales de marzo de este año, de amenazar a un empleado de la agencia antidopaje, el luchador estadounidense hizo presentar oficialmente las denuncias del caso y será juzgado por dos delitos menores: agresión e interferencia en las comunicaciones.
El sitio web ‘MMA Fighting’ confirmó la información contactando a representantes del Tribunal del Condado de Bernalillo. Este miércoles (17), Jon Jones participará de una audiencia virtual de libertad bajo fianza sobre el caso.
De ser declarado culpable de ambos cargos, ‘Bones’ podría enfrentar una pena de prisión de menos de un año, además de la posibilidad de ser multado con 1.000 dólares por la supuesta interferencia en las comunicaciones y 500 dólares por la supuesta agresión. Las penas «suaves» están justificadas, ya que un delito menor es un delito considerado menos grave que un delito.
El caso
El incidente habría ocurrido el 30 de marzo, cuando la presunta víctima, identificada como Crystal Martínez, llegó a la casa del peleador para recolectar una muestra de orina que sería utilizada en una prueba antidopaje.
Según el informe policial, el campeón de UFC inicialmente cooperó al recibir al empleado y a otro representante de ‘Drug Free Sport International’ en su casa.
Sin embargo, después de supuestamente no orinar para la prueba, Jones Jones se puso agitado y tenso. Cuando el campeón de UFC sugirió la opción de recolectar sangre, levantó la voz, amenazó a los empleados y tomó el celular de Crystal.
Asustada, la presunta víctima habría pensado en abandonar el lugar sin la muestra recolectada, pero, según ella, temía que el deportista la atacara, pues potencialmente sería sancionado por negarse a hacerse la prueba.
Martínez explicó a la policía que Jon Jones finalmente accedió a hacerse la prueba de orina y dejó el teléfono celular del agente en una mesa cuando fue a una parte de la casa con el otro empleado.
Sin embargo, cuando los dos regresaron, el compañero de trabajo de la presunta víctima estaba pálido y nervioso, cometiendo errores inusuales al intentar empaquetar la muestra.
El inspector le dijo a la policía que Jones parecía estar ebrio y que olía a alcohol. Después de que surgió la noticia del incidente, Bones negó todas las acusaciones.