El 17 de agosto, Jon Jones anunció que abdicaría del cinturón Ultimate Light Heavyweight (93 kg) para centrar su atención en la división peso pesado, un hecho con el que había estado coqueteando durante meses. Luego de más de diez días de su decisión, el estadounidense dio más detalles del motivo que lo llevó a tomar esta decisión.
A través de sus redes sociales, ‘Bones’ afirmó que dejó vacante el título de la división porque sabía que aún necesitaría unos meses para adaptarse a la división más pesada de UFC. Por eso, no quería dejar la categoría parada por mucho tiempo o con disputas por puestos de campeones interinos.
“Dejé vacante el título de peso semipesado porque sabía que mis metas en los pesos pesados tomarían un tiempo. No jugaría con oponentes y haría que la gente luchara por cinturones interinos. Hay poco descanso en el trono”, escribió.
Con la decisión de ascender a los pesos pesados, Jon Jones ya ha recibido la noticia de que en su primera pelea será por el cinturón divisional, posiblemente ante el ganador de la pelea entre Stipe Miocic y Francis Ngannou, favorito para pasar en la secuencia. Esta situación fue presentada por Dana White, presidente de Ultimate.
Jon Jones no pelea desde febrero de ese año, cuando superó a Dominick Reyes por puntos, en la pelea principal del UFC 247 por decisión de los jueces, para quedarse con el título del peso semipesado. Desde entonces, el norteamericano ha estado considerando la posibilidad de ascender de categoría, pero la negociación estaba golpeando el tema financiero. Sin embargo, parece que ahora no habrá más obstáculos para que ‘Bones’ pelee en los pesos pesados.