El 21 de enero, Johnny Walker subirá al octágono del UFC 283, en Río de Janeiro (Brasil), para enfrentar a Paul Craig, en una disputa de pesos semicompletos (205 lb) ranqueados entre los 15 primeros de la categoría. La fecha marcará el regreso de la compañía y el luchador a Brasil, después de casi tres años, y el brasileño está emocionado de volver a actuar frente a sus fanáticos.
Una multitud que Johnny no visita desde hace tiempo, desde 2019, cuando estuvo presente en la cartelera promocionada en Fortaleza (Brasil). En la última actuación del semicompleto en Brasil, el evento realizado en Brasilia, en 2020, fue el primero de la UFC sin público, debido a la pandemia de la Covid-19. Desde entonces, tanto el atleta como la organización no han vuelto a pisar territorio brasileño, récord que se romperá el próximo 21 de enero.
En una entrevista exclusiva con Ag Fight, Walker se mostró emocionado de finalmente poder encontrarse nuevamente con el público brasileño. El peleador espera que la presión desde la grada, ejemplificada con el tradicional grito de ‘Uh, vai morrer’ (vas a morir) coreado por la afición a los rivales de los atletas de Brasil, enrede la mente de su oponente y sea una especie de combustible para él.
«Estoy animado. Ha pasado mucho tiempo desde que peleé en Brasil. Luché en Brasilia, luché en Fortaleza. Peleé el primer evento sin público (por la pandemia), que fue UFC Brasilia, peleé cuatro eventos sin público. Mi primer evento con público (otra vez) fue en Las Vegas, en mi última pelea, me emocionó mucho. Y ahora voy a volver a pelear en Brasil, con mi público, mi gente, gritando y vitoreándome, así que estoy muy emocionado. No puedo esperar a escuchar cuando Paul Craig entra en la arena, la multitud dice: ‘Uh, vai morrer’. Solo para presionarlo psicológicamente, para que sienta que la cosa se le va a volver loca”, comentó Johnny.
A pesar de eso, el peso semicompleto reconoce que el apoyo de los fanáticos influye mucho menos en la pelea que la preparación de los peleadores durante el campamento. Por ello, Johnny destaca el foco en el entrenamiento como aspecto fundamental para que, llegado el momento de subir al octágono, el trabajo realizado se sume al frenesí de las gradas para crear una sinergia entre deportista y afición.
“No hace mucha diferencia (en la pelea misma). Pero, por supuesto, estás más feliz, más emocionado, con la multitud. Lo que marca la diferencia en una pelea es cómo hiciste tu campamento, qué tan dedicado fuiste, cuánto entrenaste. Si llegas sin dudarlo y dices: ‘No pude tener mejor campamento que este’. Estás listo. Llega allí, lucha y da lo mejor de ti. Pero, por supuesto, si tienes una multitud de tu lado, gritando tu nombre, animándote, muriendo por celebrar tu victoria, es mucho mejor. Estás mucho más feliz de pelear”, explicó.
Visto como una gran promesa de las MMA brasileñas, Johnny Walker llegó a la UFC cumpliendo con las expectativas. En las primeras tres peleas en el octágono más famoso del mundo, una de ellas en Fortaleza, el semicompleto conquistó tres victorias por nocaut. La buena etapa se interrumpió con dos reveses seguidos, el último en Brasilia, su última participación en una cartelera en Brasil, en marzo de 2020, ante Nikita Krylov.
Un nocaut sobre Ryan Spann devolvió al peso semicompleto a la columna ganadora, pero nuevamente seguiría una racha negativa, esta vez con derrotas ante Thiago ‘Marreta’ y Jamahal Hill. En septiembre de este año pudo recuperarse cuando sometió a Ion Cutelaba en el UFC 279.
