La súper pelea del evento ‘Quién es el número uno’ se robó la escena de la comunidad de jiu-jitsu el pasado domingo (7), en los Estados Unidos. Rivales de toda la vida Gordon Ryan y Felipe ‘Preguiça’ Peña se enfrentaron por tercera vez sobre las lonas y, el duelo acabó marcando el primer triunfo del estadounidense, gran estrella de este deporte en los últimos años.
El combate estuvo movido y duró cerca de unos 45 minutos, hasta que Peña pidió parar debido al desgaste acumulado durante la disputa. Tras la confrontación, el brasileño criticó la postura del rival, quien se habría negado a postergar el enfrentamiento, propuesta que le hizo Felipe a raíz del asesinato de su amigo Leandro Lo el día anterior.
Según el relato de la atleta Gracie Barra, la organización del evento también exigió que se realizara la disputa, a pesar de los intentos de la atleta por cambiar el formato del duelo. En la secuencia, Gordon contraatacó al rival y destacó que el contrato entre ambos prevé una revancha inmediata bajo las mismas reglas: sin puntos ni límite de tiempo.
La pelea
En los primeros diez minutos, los atletas intercambiaron golpes y alternaron el dominio de las acciones, hasta que Gordon se sentó en guardia, iniciando el movimiento de la pelea en el suelo. Rápidamente, el estadounidense salió de media guardia y estuvo a punto de agarrar por la espalda a ‘Preguiça’, que precisó de agilidad para defender la posición.
Después de eso, el brasileño empezó a tener buenos momentos. Alternando combinaciones de su guardia 50/50, Felipe frustró los ataques del oponente, controló la distancia y marcó un buen ritmo para pasar la guardia de Gordon Ryan en los momentos en que estaba arriba. Sin embargo, la preparación física marcó la diferencia.
Tras los 30 minutos de enfrentamiento, el estadounidense invirtió más en derribos y aceleró el ritmo de cambios de posición, esforzándose por presionar arriba. La estrategia funcionó y Felipe se cansó, hasta el punto de ser derribado con más facilidad y perder la capacidad de mantener alejado al estadounidense en media guardia.
A los 45 minutos de combate, Felipe pidió parar verbalmente, decisión que molestó a parte del público, que soñaba con una sumisión como resultado de la disputa.