Incluso después de retirarse del octágono, Georges St-Pierre sigue monitoreando la dirección de UFC y, en su opinión, la situación actual de la organización presenta un desafío significativo fuera de la jaula. La falta de grandes estrellas en las carteleras ha sido objeto constante de críticas por parte de los aficionados.
Durante su aparición en el podcast ‘IMPAULSIVE’, el excampeón canadiense fue directo al comentar sobre la falta de nombres capaces de generar el mismo interés público que figuras del pasado. Para él, Conor McGregor es un fenómeno aparte, difícil de replicar: una auténtica anomalía en el mundo de las peleas.
«Conor McGregor, creo, es una anomalía. Hizo algo increíble. Es difícil intentar recrearlo, pero algún día sucederá, seguro. Los récords están para romperse. Pero en este momento, como nadie puede hacer lo que hizo Conor, no creo que sea porque no haya estrellas. Las hay. Estuvo Sean O’Malley, pero perdió. Estuvo Israel Adesanya, quien también perdió varias veces; es una pena para UFC, porque era un nombre famoso. [Alex] Pereira, lo mismo, también fue derrotado», dijo GSP.
Mucho dinero, poco brillo
A pesar de las dificultades para mantener a los nombres dominantes en la cima, Georges St-Pierre argumenta que la imprevisibilidad es precisamente uno de los atractivos de las MMA y cree que debería preservarse. Para el canadiense, el campeón necesita enfrentarse al contendiente número uno, sin elegir oponentes, como suele ocurrir en el boxeo.
«La razón por la que la gente ama las MMA es que, cuando eres campeón, puedes pelear con el mejor retador, y no es tu decisión. Eso no debería cambiar. Así era en mi época y debería seguir siendo así hoy. El campeón no tiene voz ni voto. Pelea con quien lleve la delantera. Y UFC debería actuar para mantener eso», añadió.
Las declaraciones del exluchador reavivan el debate entre aficionados y analistas sobre el modelo actual de UFC, que ofrece eventos casi semanales y sólidos resultados financieros, pero a la vez adolece de la falta de peleas con estatus de «superlucha». Según St-Pierre, el reto reside en formar nuevas estrellas sin comprometer la esencia competitiva que hizo tan popular a las MMA.
