BJ Penn fue campeón de peso ligero (70 kg) y wélter (77 kg) en Ultimate – Diego Ribas
El número de casos de violencia doméstica involucrando a luchadores de MMA, por desgracia, no para de crecer. Y la ingrata estadística ganó otro personaje que salió a la luz: BJ Penn. El ex campeón del UFC es acusado por su ex mujer, Shealen Uaiwa, de haber abusado de ella físicamente y verbalmente durante años de relación.
La ex pareja del atleta obtuvo una orden de restricción y otra de protección, ambas temporales, al denunciar el caso al Tribunal de Hawai en octubre del año pasado. La orden contra BJ fue efectiva cuatro meses después y ahora expira sólo en octubre de 2021. El sitio ‘MMA Junkie’ obtuvo los documentos que narran las acusaciones de violencia sufrida por Shealen en este caso -que hasta entonces no era de dominio público.
«Vino hasta el auto amenazando a mi madre, diciendo que iba a patearla fuera de casa. Él estaba atacándonos a mi madre y a mi con insultos verbales, llamándonos ladronas y manipuladoras. Estaba tratando de salir del garaje y él no dejaba, quería atacar por la ventana. Mis hijos testificaron ese incidente. Él decía: Es porque no eres un hombre que no puedo noquearte’, relató la ex mujer del luchador en uno de sus testimonios, según el sitio ‘MMA Junkie’.
‘El Prodígio’, como es conocido, no fue juzgado ni castigado oficialmente por las acusaciones de la ex mujer. Sin embargo, desde que Uaiwa consiguió las órdenes judiciales preventivas, el veterano del MMA tiene que mantenerse al menos a 30 metros de distancia y evitar contacto con la víctima.
Después de unas semanas, se permitió que el peleador hiciera visitas supervisadas a sus hijos y que tuviera contacto con su ex pareja por intermedio de abogados. De acuerdo con los relatos de Shealen, B.J. Penn no amenazaba solamente a ella, sino también a su familia.
La ex mujer del miembro del Salón de la Fama del UFC afirma que su ex es adicto a las drogas, como la cocaína. De acuerdo con ella, el hawaiano mantenía su rutina de campamento para intentar mantenerse sobrio, sin éxito. Después de todo, según Uaiwa, fueron incontables los casos que ella fue víctima de agresión moral, física e incluso sexual.