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Louis Grasse / PxImages

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Entrenador revela que Nick Diaz se vio obligado a luchar por deuda con la Comisión Atlética

En su regreso al octágono, en septiembre del pasado año, luego de un largo paréntesis de más de seis años, a Nick Díaz le costó repetir las grandes actuaciones que los fanáticos se acostumbraron a ver en el apogeo de la carrera del luchador y terminó siendo derrotado por el excampeón del peso wélter de la UFC Robbie Lawler. Tras casi 11 meses después, surgió una posible explicación para el desempeño que tuvo por debajo de las expectativas.

En una entrevista con ‘Submission Radio’, Cesar Gracie, el entrenador de Nick desde hace mucho tiempo, reveló que el ‘chico malo’ entró a la pelea contra Lawler con una grave lesión en el cuello, lo que obviamente podría haber interferido con su desempeño. Según el maestro de jiu-jitsu, Díaz se sometió a una cirugía recientemente, en la que los médicos colocaron dos discos de titanio para reemplazar los antiguos, que estaban rotos.

“Entonces Nick, se metió en esa pelea y su cuello estaba bastante mal. Robbie es un luchador grande, duro y todo eso. Nick lo estaba haciendo bien. Luego viste a Nick debilitándose mientras la pelea continuaba. Nick tuvo una operación recientemente, hace siete semanas. Dos de los discos se habían roto en su cuello antes de la pelea. Sentía entumecimiento en las manos. Por eso no peleó hasta las 170 (lb). Luchó hasta 185 (lb) porque era imposible entrenar. No tenía ninguna fuerza. No tenía lo que estamos acostumbrados a ver, Nick Diaz, ya sabes, no tenía eso”, explicó Cesar Gracie.

Sin embargo, si Nick no tenía las condiciones físicas para tener un buen desempeño, debido a la lesión, ¿por qué el atleta aceptó pelear nuevamente en estas circunstancias? La respuesta, según su entrenador, está en la cuestión económica. Para Cesar Gracie, Díaz aún debía $75,000 a la Comisión Atlética de Nevada, resultado de una multa por haber sido atrapado en la prueba antidopaje (marihuana) en su última aparición en octágono antes de enfrentar a Lawler, en la que tuvo como oponente el brasileño Anderson Silva, quien también estaba atrapado en antidopaje (esteroides anabólicos) en ese momento.

En una situación desfavorable, el luchador -que ya ha tenido problemas con la justicia estadounidense por no pagar sus impuestos- se vio obligado a pelear, incluso lesionado, para poder recibir la beca que le ofrece la UFC y pagar lo que le debía a la Comisión Atlética de Nevada El entrenador también indicó que la UFC habría sido intransigente en el tema de la fecha de pelea de Díaz, condicionando un mayor retorno económico a su participación en la edición 266, celebrada en septiembre.

“Lo que la gente no sabe es que la Comisión en (Las) Vegas les estaba cobrando dinero por la prueba de marihuana que falló. A pesar de que era genial (actualmente), dijeron: ‘Todavía nos debes 75,000 dólares’. Creo que fue una cantidad de locos. Fue como, ‘¿Qué? ¿Todavía tienes que pagar esto? ¿Incluso si está bien ahora? Cuando sucedió, no fue (agradable). Y tendrás que deducir de tu bolsa de lucha. Y Nick no había firmado el mejor contrato del mundo. Entonces ellos (UFC) dijeron: te vamos a pagar más dinero, pero vas a tener que pelear aquí y en esa fecha. Era como, si no tomas esta pelea, vas a pelear casi gratis, cuando pagues los impuestos y la multa. Obviamente la gente lo sabe, no es un secreto, ha tenido problemas en el pasado con los impuestos. Tuvo que pagar la multa. Nick estaba de espaldas a la pared», añadió.

Con más de 20 años de carrera, Nick Díaz vivió su apogeo en la década del 2000, donde compitió, además de en la organización que preside Dana White, en otras entidades, como: Pride, EliteXC, Dream y Strikeforce, donde fue el campeón inaugural de la división del peso wélter. El ‘chico malo’ incluso disputó el título de la división hasta 77 kg de la UFC, en 2013, pero acabó siendo superado por el canadiense Georges St-Pierre, entonces campeón de la categoría.

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