Durante años, Dominick Cruz reinó en el peso gallo de la UFC y, hasta el día de hoy, es considerado por gran parte de la comunidad de luchadores como el nombre más grande en la historia de la división. Sin embargo, el estadounidense vivió con lesiones consecutivas que dificultaron su desempeño y, por lo tanto, perdió espacio en lo más alto de la división. Pero quien crea que el luchador es una carta fuera de la baraja para recuperar su corona está equivocado.
Este sábado (11), Dominick Cruz regresa al octágono más famoso del mundo cuando se enfrente a Pedro Munhoz, en UFC 269, que se celebrará en Las Vegas (EE.UU.). Sacudido por venir de una victoria, cuando en marzo de este año derrotó a Casey Kenney, el excampeón envió una advertencia a quienes no lo consideran candidato al título.
“Creo que cada vez que estoy compitiendo, deberías hablar de mí como aspirante al título. Estoy aquí para competir por ser el mejor. No estoy aquí solo para jugar. Estoy aquí para seguir subiendo”, advirtió el estadounidense, durante la jornada mediática del espectáculo, al que asistió un reportaje de Ag. Fight.
Pero para confirmar su discurso, Cruz tiene una prueba de fuego por delante. Tras ser derrotado por Henry Cejudo, en mayo de 2020, el estadounidense vuelve a enfrentarse a un rival más clasificado en la división y conoce los peligros que le puede ofrecer Pedro Munhoz.
“Pedro es uno de los mejores del mundo. Se comporta como un profesional y lo vi noqueando a la gente. Es un tipo que noquea, así es como lo veo. Es un rematador de peleas. Por eso siempre está buscando ese objetivo de una forma u otra”, analizó.
Dominick Cruz, de 35 años de edad, hizo su debut en las MMA en 2005, disputó 26 peleas, ganó 23 y perdió tres veces. A pesar de su impresionante récord, el veterano perdió tiempo en su carrera debido a las constantes lesiones. Aun así, el excampeón del peso gallo de la UFC es nombrado por la comunidad de las MMA como el mejor luchador en la historia de la división. Actualmente, el atleta ocupa el puesto 11 en la división.
