Derrick Lewis, veterano de peso pesado y poseedor del récord de nocauts de UFC, sorprendió a todos al revelar públicamente que ha cometido faltas intencionales en sus peleas. En una entrevista con ‘MMA Junkie’, el estadounidense admitió usar golpes ilegales como parte de su estrategia dentro del octágono.
El luchador recordó directamente una pelea de 2015 contra el sudafricano Ruan Potts, en la que afirmó haberle dado un rodillazo bajo el cinturón deliberadamente en los primeros segundos del combate. Según él, el gesto sirvió para aliviar la tensión al principio del combate.
“Hice trampa, sí. Le di un rodillazo en los huevos a propósito al principio, solo para calmarme. Si tengo que hacerlo, también le daré un golpe en el ojo. Como sea”, dijo el hombre de 40 años.
¿Es culpa del árbitro?
Para «La Bestia Negra», la reincidencia de infracciones se explica por la tolerancia de los árbitros. Criticó que, en la mayoría de los casos, los castigos se limiten a advertencias verbales, sin pérdida de puntos, incluso en casos reiterados.
“Todos saben que solo te van a dar una advertencia. No te quitan puntos por meterte el dedo en el ojo, por acciones deshonestas… así que lo hago y luego digo ‘perdón, no fue mi intención’. Pero por dentro, me río”, comentó con sarcasmo.
La declaración reaviva el debate sobre el papel de los árbitros en las MMA y la eficacia de las normas vigentes. La propia organización intentó solucionar el problema de los pinchazos en los dedos introduciendo nuevos guantes, pero se retractó tras obtener resultados insatisfactorios.
Con casi 30 peleas en la UFC, el estadounidense regresa a la acción el 12 de julio en la UFC Nashville, donde se enfrentará al invicto brasileño Tallison Teixeira. Tras la confesión, «Xicão» seguramente estará aún más alerta, y, quién sabe, con un suspensorio reforzado.
