El esperado regreso de Amanda Nunes al octágono podría ocurrir antes de lo esperado. Durante la conferencia de prensa posterior al evento UFC 318, celebrada el sábado pasado (19), el presidente de la organización, Dana White, reveló que está abierto a la posibilidad de otorgar una exención que le permitiría a la brasileña competir en 2025, aunque la fecha límite reglamentaria indica que solo podrá competir a partir de enero de 2026.
La excampeona de peso gallo (135 lb) y peso pluma (145 lb) se reincorporó recientemente al programa de pruebas antidopaje de UFC, un requisito obligatorio para los atletas retirados que desean volver a la competición. Según la norma estándar, se requieren al menos seis meses de pruebas regulares antes de recibir la autorización para competir, lo que retrasaría el posible regreso de la «Leona» hasta el próximo año.
Sin embargo, dado que UFC ahora gestiona internamente su sistema de control antidopaje, tras finalizar su colaboración con la USADA, caben excepciones. Al ser preguntado sobre el asunto, el presidente de la compañía indicó que la situación se evaluará cuidadosamente.
«Hmm, no lo sé. Vamos a investigarlo. No me opongo a la idea», dijo White, mostrándose abierto al escenario.
Superpelea en el radar
La posibilidad de exención surge en el contexto de una potencial superpelea contra Kayla Harrison, la actual campeona de peso gallo, quien ganó el título al derrotar a Julianna Peña en UFC 316. Tras el triunfo, la estadounidense fue sorprendida por un cara a cara improvisado con Amanda Nunes mientras aún estaba dentro del octágono, aumentando la expectativa por un enfrentamiento entre las dos estrellas.
A pesar de la controversia que podría generar una liberación anticipada, el presidente de la UFC ha indicado que el enfoque está en permitir peleas importantes en momentos estratégicos. Si se confirma la excepción, el brasileño podría regresar este año, con el título ya en juego.
