Aparentemente, la relación entre Dana White y Jon Jones sigue siendo, por lo menos, extraña. Es cierto que la pareja dejó de discutir públicamente, pero todavía hay cierta distancia. Tanto es así que esto quedó claro el martes pasado (21), en la conferencia de prensa posterior a la ‘Contender Series’, celebrada en Las Vegas (EE.UU.). En ella, el líder de la UFC fue cuestionado por los periodistas presentes sobre el futuro de ‘Bones’ y respondió breve y con rudeza.
Luego de la finalización del programa que revela nuevos talentos para la UFC, Dana informó que la planificación sigue siendo la misma, es decir, Jones debería regresar a la acción en 2022. A pesar de la constante súplica de los fanáticos para que ‘Bones’ pelee en la actual temporada, el excampeón de peso semicompleto (205 lb) fue quien estipuló esa fecha y se mostró inflexible en volver a la actuación antes de ese período.
Además, Dana también ha dejado en claro que no presionará a Jones para que pelee en la UFC. Recientemente, el empresario destacó que los deportistas que aspiren a actuar se mantendrán activos y que los profesionales que deseen alejarse no serán castigados por ello, pero a él no le importan. ‘Bones’ integra, precisamente, el segundo grupo.
“Si me encuentro con él, me voy a reunir con él. Creo que sé dónde está. Dijo que peleará el próximo año. No voy a presionarlo para que pelee, si eso es lo que me pides”, decretó la chistera.
El momento de Jon Jones en la UFC no es bueno y su futuro en la organización es incierto. Después de anunciar que subiría al peso pesado, ‘Bones’ se centró en su preparación y visiblemente su cuerpo cambió. Por lo tanto, el regreso del luchador al peso semicompleto, categoría que dominó, es inviable. Con este escenario, para permanecer en la división actual y competir por el título, el estadounidense tendrá que aceptar la cantidad que Dana White está dispuesta a pagar o convencerlo para que valore su pase, algo que parece poco probable.