La derrota ante Jan Blachowicz en febrero de este año trajo a Corey Anderson más que la pérdida deportiva de alejarse de una posible disputa por el título de UFC. Según el peso semipesado (93 kg), una falla operativa de la Comisión Atlética de Nuevo México, responsable de sancionar el evento en el que fue noqueado por el polaco, causó una grave consecuencia en su vida.
En una publicación en su página de ‘Facebook’, el estadounidense declaró que el hecho de que la Comisión lo liberara para regresar a su vida normal, sin ser examinado adecuadamente, fue responsable de que se desmayara y cayera con la cara en un camino de grava mientras caminaba, unos días después del evento de UFC. El luchador terminó siendo llevado a la sala de emergencias, donde pasó cinco días realizando una batería de pruebas y análisis de sangre para descubrir el motivo del síncope.
Con los resultados de los exámenes, Anderson consultó con diferentes especialistas y, todos menos uno, concluyó que el factor responsable de su desmayo sería una gran conmoción cerebral sufrida recientemente, además de la deshidratación debido a la larga caminata realizada por el atleta. Sin embargo, un médico sugirió que el síncope estaba relacionado con un problema cardíaco. Asustado, el estadounidense se sometió a una nuevos exámenes hasta que los médicos lo liberaron para reanudar su carrera.
“Ha sido un largo viaje de regreso. Pero aun así, ¡estamos de vuelta! El 21 de febrero, después de mi última pelea, me desmayé y golpeé la cara en un camino de grava después de caminar durante horas. Terminé en la sala de emergencias durante cinco días, pasando por varias pruebas y análisis de sangre para averiguar qué sucedió. Vi una larga lista de médicos, todos menos uno dijeron que fue causada por una gran conmoción cerebral y la falta de agua y alimentos después de caminar por el bosque durante horas. Un médico dijo que era mi corazón, que mi corazón dejó de latir y que podría volver a ocurrir, ¡pero la próxima vez durante una pelea! Al instante, la cara de mi esposa cambió y mis emociones también. Estaba enojado con los médicos porque tenía miedo interno”, dijo Corey Anderson, antes de continuar.
“Después de mi pelea, la Comisión / los médicos no hicieron un chequeo apropiado después de la pelea y volví a vivir mi vida normal. Y pagué un precio muy alto. Esta locura de cinco meses puso muchas cosas en perspectiva y, como un luchador veterano que en el pasado luchó imprudentemente, sin preocuparse por el descanso y la salud mental, siempre que siguiera luchando. Aconsejo a otros luchadores que cuiden tu salud si recibes algunos golpes fuertes en la cabeza en la pelea o en el entrenamiento, espera el tiempo necesario para recuperarte. Necesitaba tener a mi hijo sentado, mirándome en la cama de un hospital, para darme cuenta de que hay una vida real después de la pelea y quiero estar aquí para disfrutarla. ¡Lucha de forma inteligente, entrena de forma inteligente, pero recupérate y descansa aún más de forma inteligente! Usa tu cabeza mientras todavía tienes tu cerebro para hacerlo», concluyó.
