Luego de revelar que tenía un problema de salud que lo llevó al hospital, Corey Anderson admite que temía por su vida. Mediante una entrevista con el portal web ‘TMZ Sports’, el peso semipesado (93 kg) -que recientemente dejó Ultimate por Bellator- informó que el diagnóstico conflictivo de uno de los médicos que lo atendió lo asustó.
En febrero de este año, poco después de actuar por última vez en el octágono de UFC, el luchador se desmayó repentinamente durante una caminata y cayó de bruces en un camino de grava. Llevado al hospital, Anderson escuchó de uno de los médicos la posibilidad de que el evento fuera causado por un problema en su corazón, un diagnóstico que le quitó el sueño.
“Fue un proceso aterrador. No sabes si: 1 – tu corazón estará bien, y 2 – todas las noches te vas a dormir y piensas: ‘¿Se detendrá mi corazón en medio de la noche?’ (…) Traté de fingir que todo estaba bien todo el tiempo (que estaba en el hospital), para hacer creer a mi esposa que yo estaba bien, para que no se asustara”, describió, antes de continuar.
“Pero al mismo tiempo, cada vez que cierras los ojos, ¿cómo vas a saber si será la última vez? Cuando volviera a entrenar, ¿cómo sabría si no estoy presionando demasiado para salir?”, reflexionó el luchador.
Tras el susto con su salud, Corey Anderson, luego colocado en el top 5 del ranking Ultimate Light Heavyweight, pidió ser liberado de su contrato con UFC y fue atendido, posteriormente firmando con Bellator, en busca de mejores recompensas financieras, como él mismo admite. En MMA profesional desde 2013, el estadounidense tiene 13 victorias y cinco derrotas en su cartel.