La principal estrella del boxeo femenino en la actualidad, Claressa Shields tuvo otra noche de enorme protagonismo el pasado viernes (5). Incluso antes de subir al ring para enfrentarse a Marie-Eve Dicaire, a quien derrotó por decisión unánime de los jueces, la campeona mundial volvió a escribir su nombre en los libros de historia del arte noble cuando se convirtió en la primera mujer en liderar la cartelera de un evento de pay-per-view con solo peleas de mujeres.
Además, el triunfo sobre la boxeadora canadiense supuso otra hazaña para Claressa, quien recientemente firmó con la PFL y planea debutar en el MMA profesional a finales de este año. Con la victoria dominante sobre su oponente, Shields retuvo los títulos mundiales en la división de peso supermediano del CMB (Consejo Mundial de Boxeo) y OMB (Organización Mundial de Boxeo) y ganó los cinturones de la FIB (Federación Internacional de Boxeo), que pertenecían a Dicaire, y la AMB (Asociación Mundial de Boxeo), que estaba vacante.
Con eso, Shields se convirtió en la primera boxeadora, independientemente del género, en unificar los cinturones principales en dos categorías diferentes. Cabe recordar que el estadounidense ya había dominado los cuatro títulos más importantes de la división de peso mediano.
Medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Londres y Río de Janeiro en 2012 y 2016, respectivamente, Claressa Shields migró al boxeo profesional unos meses después de convertirse en doble campeona olímpica y permanece invicta después de 11 partidos disputados. Los logros y récords de la estadounidense la pusieron en la discusión sobre la mejor boxeadora de todos los tiempos.
Sin embargo, la falta de reconocimiento como la principal estrella del boxeo femenino hizo que la campeona mundial iniciara su transición a las MMA, donde espera recibir un mayor reconocimiento por su talento. Recientemente, Shields comenzó a entrenar en la nueva modalidad bajo la tutela del reconocido equipo ‘Jackson Wink’, hogar de grandes estrellas de la UFC, como Jon Jones y Holly Holm. La boxeadora, que firmó con la PFL, no pretende abandonar por completo el arte noble, al menos por ahora, y ya ha dejado claro que pretende conciliar los dos deportes.
