Detenido el 16 de agosto, acusado de violencia doméstica contra una antigua novia, el expeleador de UFC Casey Kenney fue puesto en libertad bajo fianza. Antes de salir de prisión, el deportista estadounidense fue oído por un juez en una audiencia de lectura de cargos en el Tribunal del Condado de Maricopa, en Arizona (EE.UU.), y se declaró inocente.
Para salir de prisión, Kenney tuvo que pagar una fianza de 10 mil dólares. Tras declararse inocente de los cargos que se le imputan, el luchador deberá comparecer nuevamente ante el tribunal el próximo 15 de octubre, para una nueva audiencia previa al juicio, que provisionalmente está previsto que se celebre el 25 de enero de 2025.
Para permanecer en libertad hasta la fecha del juicio, el exatleta de la UFC deberá cumplir con algunas exigencias formuladas por el juez responsable de su liberación. Entre ellos, Casey Kenney no puede tener ningún contacto con la presunta víctima ni con los policías responsables de su arresto. El luchador también tiene prohibido tener en su poder medicamentos sin receta, alcohol o armas, además de otras obligaciones.
El caso
La madre de la exnovia de Casey Kenney fue la voz principal y denunció el accionar del ahora expeleador de UFC con una serie de videos en sus redes sociales. Según Esther Reyes, su hija incluso denunció al peleador ante las autoridades por los presuntos abusos sufridos durante la relación. Como una forma de crear evidencia, la matriarca comenzó a grabar algunos momentos claves para la investigación y posible arresto de Casey.
En una grabación difundida el 22 de julio, Esther, en busca de su hija, fue a la casa de Kenney y, cuando el luchador abrió la puerta, la encontró en pésimas condiciones, ensangrentada, debido a sus supuestas acciones. En otro registro, Reyes regresó a la casa del deportista con presencia de policías para verificar el lugar, pero no respondió al llamado. En gran parte por la actitud de la madre de la presunta víctima, el caso cobró repercusión y aparentemente llegó a un desenlace.