Este sábado (6), Caio Borralho regresa al octágono tras más de un año de ausencia. Invicto en UFC, el peso medio (185 lb) se enfrenta al francés Nassourdine Imavov, número 2 del ranking de la categoría, en la pelea estelar de UFC París.
Una victoria podría ponerlo en camino directo al cinturón, actualmente en manos de Khamzat Chimaev. Sin embargo, hasta llegar a este momento decisivo, el brasileño tuvo que afrontar uno de los períodos más desafiantes de su carrera, tanto física como emocionalmente.
En una entrevista exclusiva con Ag. Fight, el atleta de Fighting Nerds habló sobre lo que experimentó durante el descanso entre su última aparición (una victoria sobre Jared Cannonier en agosto de 2024) y la pelea de este fin de semana. Según él, la inactividad estuvo marcada por la inseguridad, el desánimo y mucho autodescubrimiento.
«Tuve momentos muy difíciles. Sobre todo entre octubre y noviembre, cuando me sentí realmente perdido. Perdí parte de la motivación que me impulsaba a luchar. Tuve que rebuscar en mi interior para comprender algunas cosas y encontrar una nueva motivación. Fueron dos meses realmente difíciles», dijo.
«Pero realmente era algo que necesitaba superar, para conocerme aún mejor, para trabajar aún más en el autoconocimiento, en mi espiritualidad, y con ello, renacer como un atleta aún mejor. Creo que fue algo difícil y duro, pero algo que necesitaba para convertirme en el Caio que soy hoy», añadió.
Blindaje mental
Además de la preparación física y técnica, Caio Borralho enfatizó la importancia del fortalecimiento psicológico durante este período. Recordó, por ejemplo, la presión que enfrentó cuando fue nombrado reserva inmediato para el duelo entre Chimaev y Dricus Du Plessis, una tarea que requirió pérdida de peso y concentración total, incluso sin la certeza de competir.
«Como dije, estoy mejor físicamente, en cuanto a resistencia y técnicamente, pero creo que soy un atleta completamente diferente mental y psicológicamente. Esto realmente me preparó para el reto que enfrento hoy. Imagínate, no estás completamente preparado mentalmente y tienes que ser suplente para una pelea que no sabes si pelearás, dando el peso tres semanas antes de otra pelea», enfatizó.
«Así que todo esto pasó, y le pasó a un Caio que estaba 100% protegido mentalmente. Gracias a Dios, pasé ese año sin luchar. Si me preguntas si era lo que quería, definitivamente diría que no, quería ser más activo. Pero creo que, con Dios, todo salió bien. Confío en sus planes, y eso es lo que hizo de Caio quien es hoy», concluyó.
Ahora, enfrentándose a Imavov en suelo francés, el brasileño tendrá la oportunidad de traducir toda su madurez en resultados deportivos. De ganar, podría convertirse en el primer representante de Fighting Nerds en competir por un título de UFC, un logro culminante no solo para su desarrollo, sino también para el momento histórico de su equipo.
