No es ningún secreto que Belal Muhammad no alberga buenos sentimientos hacia Sean Strickland, y viceversa. Y esta dinámica quedó clara una vez más el pasado domingo (9), un día después de que se celebrara UFC 312 en Australia.
Luego de ver a su rival ser completamente dominado por Dricus du Plessis en la pelea estelar de la función numerada, el actual campeón welter (170 lb) aprovechó para arremeter contra el estadounidense, no sólo en el ámbito deportivo, sino también en el personal.
A través de sus redes sociales, Belal Muhammad cuestionó las credenciales de Strickland como competidor de alto nivel. Dueño de una postura agresiva con el micrófono en la mano, especialmente en las semanas previas a sus peleas, el estadounidense fue acusado de engañar a sus fanáticos con falsas promesas. Y más allá del ámbito deportivo, el estadounidense de ascendencia palestina atacó directamente a Sean, frecuentemente envuelto en polémicas por sus discursos “sin filtro”, tachándolo de racista.
Vale la pena señalar que Strickland tuvo una educación muy delicada y habla abiertamente sobre el tema. Maltratado física y psicológicamente por el padre y el nieto de un abuelo que defendía la supremacía racial, el excampeón de UFC admitió que ya vivió una fase neonazi en su adolescencia. Tras romper con ese período tan confuso de su vida, ‘Tarzán’, como se le conoce, se convirtió en un adulto sin filtros que a menudo reproduce pensamientos considerados prejuiciosos.
“¿Qué aprendimos ayer (en UFC 312)? Que siempre tengo la razón. Llevo mucho tiempo diciéndolo: Sean es un pedazo de mierda. Él es basura. Habla mucho y nunca cumple. Incluso para los fanáticos que lo promocionan diciendo: «Es el mejor boxeador, esto y aquello, va a la guerra». Él dice: ‘Sangraría y moriría por mis fans’. Bla, bla, bla. Y él sale y simplemente lanza golpes y pelea como una niña asustada (…) Quiere que la gente diga que está loco, que es un lunático. Pero no. Es solo un payaso racista escondido en el cuerpo de un luchador. Es un niño pequeño asustado. Es un cobarde y eso se nota en sus peleas. Él es terrible. «Finalmente vamos a deshacernos de este tipo que recibe oportunidades de título inmerecidas», dijo Belal Muhammad.
¿Desacuerdo político?
La animosidad entre Sean Strickland y Belal Muhammad se remonta a algunos años, cuando ambos comenzaron a intercambiar críticas virtuales por diferentes razones, incluidas sus opiniones divergentes sobre el conflicto entre Israel y Palestina en Medio Oriente.
Hijo de padres palestinos, Muhammad nació en Estados Unidos, pero siempre se esforzó por enarbolar la bandera de la causa palestina. Esta postura no gustó para nada al estadounidense, quien cuando aún ostentaba el cinturón de peso medio de UFC (185 lb) criticó el posicionamiento del luchador, que en ese momento tampoco ostentaba el puesto de campeón de la liga.
