Este sábado (10), José Aldo regresa a Canadá, país donde inició su victoriosa carrera dentro del UFC en 2011. Más de una década después, el brasileño sigue siendo un atleta destacado dentro de la principal liga de MMA del mundo.
En otro momento de su carrera, sin embargo, el ‘Rey de Río’ se ha enfrentado a desafíos que nunca imaginó al principio de su trayectoria en este deporte. Para brillar en UFC 315, el miembro del Salón de la Fama ha luchado contra innumerables adversidades más allá del octágono.
Sin contar a su rival, Aiemann Zahabi, Aldo tendrá que superarse a sí mismo en su regreso a la acción, sobre todo para borrar la última impresión dejada en los aficionados. El pasado mes de octubre, ante Mario Bautista, en el UFC 307, el brasileño mostró una versión descolorida y fue considerado por debajo de su verdadero potencial. Meses después del episodio, que culminó con derrota por puntos, el excampeón de peso pluma (145 lb) se sinceró de una manera que no lo hacía públicamente desde hacía tiempo.
¿Autosabotaje?
Dueño de indiscutibles atributos físicos y técnicos que lo han convertido en el ‘Campeón del Pueblo’, Aldo admitió recientemente que ha tenido dificultades para alcanzar el máximo potencial de sus habilidades en el combate. Esto, como él mismo reveló en una entrevista exclusiva con Ag. Fight, es el resultado de un autosabotaje. Incluso en el apogeo de su experiencia, a los 38 años, el brasileño admitió que se ha convertido en rehén de su propia mente, un factor que le ha impedido competir al más alto nivel.
“Independientemente de quién esté ahí, joder, tengo que pelear. Como siempre lo he hecho. No puedo seguir saboteándome, aceptando un lugar (en la pelea), cuando no tengo ninguna dificultad. Así que simplemente me siento con las piernas cruzadas (esperando). No. Tengo que ser Aldo, sin importar el resultado. Sí, claro (me autosaboté en la última pelea). Todos en el gimnasio saben lo difícil que es (entrenar conmigo). Pero luego llega la pelea, donde tengo que demostrarles mi valía a todos, y no lo hago. Por eso me enojo, por eso digo que me autosaboteo ahí dentro”, se desahogó José Aldo.
Autoafirmación
Para combatir el autosabotaje, los habitantes de Manaus han recurrido a la autoafirmación y a la confianza para recuperar sus raíces. Y, en su entender, la mejor manera de superar su propia mente y recuperar su esencia es recurriendo al ‘Viejo Aldo’ y su agresividad dentro del octágono. Con énfasis en el entrenamiento de golpeo, el veterano prometió a los fanáticos una versión mucho más emocionante de UFC 315, a diferencia de su última actuación en la organización.
“Para esta pelea, intenté entrenar más kickboxing; así es como me convertí en Aldo, eso es lo que me hizo ser. Así que espero patear mucho (en esta pelea), hacer lo que siempre he hecho mejor, ir a por todas y pelear agresivamente. Con las habilidades que tengo, nadie podrá detenerme. Soy un privilegiado. Soy un asesino, un francotirador. Así que cuando llegue al ring, tengo que hacer eso”, enfatizó Aldo a Ag. Fight, como si estuviera recordándose sus propias habilidades.
Lucha con la balanza
Además de la guerra mental y el ámbito deportivo, José Aldo libró una batalla contra la báscula en vísperas del UFC 315. En el pesaje oficial del evento, el brasileño vio su duelo contra Zahabi, originalmente programado para disputarse entre pesos gallo (135 lb), trasladado a la siguiente categoría, el peso pluma. El anuncio lo hizo la propia entidad a último momento, durante la ceremonia, generando dudas sobre lo que realmente había sucedido tras bastidores para justificar tal medida.
Horas más tarde, Zahabi rompió su silencio y relacionó el cambio de último minuto con un corte de peso fallido de Aldo. Según el informe de su rival, el brasileño estaría teniendo problemas con el proceso de deshidratación y no podría alcanzar el límite original de 135 lb. La versión del atleta canadiense coincide con el aspecto extremadamente abatido del ‘Rey de Río’ cuando apareció en el escenario para subirse a la báscula.
Desafíos expuestos, ahora le queda a José Aldo saber qué versión presentará en la pelea de este sábado. El tímido y deslucido de la última ronda, o el agresivo y confiado que lo coronó como el ‘Campeón del Pueblo’. Independientemente de lo que venga por delante, no hay dudas del potencial del brasileño, incluso a sus 38 años. Después de todo, un rey nunca pierde su majestad.
