Rodrigo ‘Zé Colmeia’ regresa a los octógonos este sábado (17), luego de más de un año alejado del deporte. En su última aparición, la victoria del peso pesado se convirtió en un ‘no contest’ (pelea sin resultado) después de que la USADA lo descubriera dopándose. Posteriormente, el brasileño pudo demostrar su inocencia al demostrar que necesitaba utilizar la sustancia en cuestión con fines clínicos. Sin embargo, aún con todo el embrollo aclarado, el atleta del ‘American Top Team’ admite que vivió uno de los momentos más turbulentos de su carrera.
En entrevista exclusiva con Ag Fight, Zé Colmeia destacó que dos aspectos pesaron más durante este período fuera de las jaulas: el psicológico y el financiero. Según el atleta de peso pesado, es difícil mantenerse cuerdo cuando se convierte en blanco de críticas y también atraer marcas que estén dispuestas a patrocinar a un atleta acusado públicamente de usar sustancias prohibidas.
“Es muy difícil, porque nos afecta en todos los sentidos. Psicológicamente, en los patrocinios también. La multitud está juzgando, preguntando si lo hiciste o no. Sabía que no había hecho nada malo, pero incluso te preguntas. Pero me alegro de que todo haya salido bien, mi equipo y yo trabajamos duro para demostrar que no hice nada malo. La USADA resolvió mi caso como si no hubieran hecho nada malo. La Comisión Atlética también me dio el derecho de usar la droga, así que ahora solo es cuestión de pasarla a nosotros”, admitió Zé, antes de hablar sobre el intento de revertir su último resultado luego de que se probara su inocencia.
“Lamentablemente no (logré cambiar el resultado de la última pelea). Es algo que tengo que mirar en el futuro, principalmente porque tiene un costo financiero muy alto. Pero que bueno que logré demostrar (la inocencia), entonces es más fácil conseguir patrocinios”, completó.
La sustancia que causó todo el lío con la USADA fue Ritalin. Presente en pequeñas cantidades en el cuerpo brasileño en ese momento, el estimulante se usa para combatir el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Ahora, con el apoyo médico adecuado, el luchador puede hacer uso de la medicación sin preocupaciones.
“Ritalin, he estado tomando el medicamento desde 2014. Era algo que siempre he usado, la UFC sabía que lo tomaba. Pero la diferencia es que en la última pelea cobró 500 nanogramos (equivalente a 500 g divididos por 1 billón), muy poco. No era nada que me ayudara, pero ahora comprobé que necesito tomarlo, mostré los documentos, mis médicos se pusieron en contacto. (Lo uso para) Déficit de atención. Si no lo tomo, señora, no puedo ni dar una entrevista (risas)”, declaró, de forma irreverente, el peso pesado.
Con ocho victorias, una derrota y un ‘no contest’ en su historial profesional, Zé Colmeia se enfrentará a uno de sus mayores desafíos en la UFC. El brasileño va a medir fuerzas con el canadiense Tanner Boser el próximo sábado.