Con un historial de competencias de judo de alto rendimiento y antecedentes positivos en MMA amateur, Amanda Ribas migró a las artes marciales mixtas como luchadora profesional rodeada de expectativas. Gracias a sus buenos resultados, la brasileña no tardó en llegar a la UFC, donde aumentó el hype a su alrededor al conseguir cuatro victorias consecutivas en la liga presidida por Dana White. Desde entonces, sin embargo, la atleta de Minas Gerais se enfrenta a una inestabilidad sin precedentes en su carrera. Para afrontar esto, el apoyo familiar era fundamental.
Alternando victorias y derrotas en sus últimas cinco apariciones -de 2021 a la fecha- Amanda Ribas admitió, en una entrevista exclusiva con Ag Fight, que no es fácil afrontar la situación actual. Sin embargo, con el apoyo y la aprobación de su familia, la niña de Minas Gerais puede proyectar un futuro más prometedor. Cabe mencionar que su padre, Marcelo Ribas, también es su entrenador y que su hermano, Arthur Ribas, también es deportista profesional de MMA.
“Gracias a Dios estoy muy feliz de tener a mi familia apoyándome. Porque no es fácil lidiar con (la derrota). No es fácil afrontar la rutina de entrenamiento, no es fácil afrontar la presión, no la que impone el público o los patrocinadores, sino la que ponemos nosotros mismos. Entonces tengo una familia que me brinda un inmenso apoyo y me siento a gusto. Sé que estoy haciendo lo mejor que puedo y el resultado (positivo) llegará en el momento adecuado. Lo que Dios tenga para mí llegará”, declaró.
Historia en las MMA profesionales
Después de dedicar años al judo de alto rendimiento, Amanda Ribas debutó en las MMA profesionales en 2014. Desde entonces, entre participaciones en eventos nacionales e internacionales, la deportista de 30 años ha registrado 11 victorias y cuatro reveses en su carrera en las artes marciales mixtas.
