Lo único que haría que Aljamain Sterling reconsiderara su cambio a la división de peso pluma (145 lb) sucedió. El sábado pasado (19), ‘Aljo’ fue noqueado por Sean O’Malley en el evento principal del UFC 292 y, en consecuencia, perdió el cinturón de peso gallo (135 lb). Ahora, al parecer, los planes para subir de categoría deberían ser pospuestos por el estadounidense de ascendencia jamaicana.
Poco después de perder el título de la división de las 135 lb, en la conferencia de prensa posterior al UFC 292, Sterling expresó su interés en una revancha inmediata con O’Malley. Aun con el revés sufrido de manera contundente, el ahora excampeón entiende que merecía una oportunidad para intentar recuperar el cinturón en la secuencia. Vale recordar que, durante su reinado, Aljo coleccionó récords y marcas expresivas en la categoría.
“Esa es una de las cosas de las que tenemos que hablar. Me encantaría tener una revancha. No sé por dónde voy a ir. Como dije, sobre todo, me encantaría tener la oportunidad de hacer esto nuevamente y obtener algunas respuestas definitivas. Este 100% es lo que me gustaría. Y eso no quiere decir que Sean no merezca (ser campeón). Él puede salir y vencerme de nuevo. Pero creo que me lo he ganado, me gustaría pensar que me he ganado el derecho a una revancha inmediata», declaró Sterling.
La permanencia puede afectar a su compañero
Además de tener que depender del interés del UFC en realizar una revancha inmediata, Aljamain Sterling también tendrá que llegar a un acuerdo con Merab Dvalishvili, su amigo y compañero de entrenamiento. El georgiano es el número 1 en el ranking de peso gallo y, desde hace un tiempo, venía renunciando a la posibilidad de disputar el cinturón de las 135 lb en la liga debido a su amistad con el estadounidense de ascendencia jamaicana.
El plan de Aljamain Sterling de subir al peso pluma incluía la idea de abrir puertas para que su compañero pudiera finalmente ser recompensado por el trabajo realizado en los últimos años en el UFC, con la posibilidad de pelear por el título. Queda por ver si la lealtad al georgiano pesará más que los planes personales de Aljo.