En su última aparición en la UFC, Israel Adesanya defendió su reinado entre los pesos medianos (185 lb) con una victoria por decisión unánime sobre Jared Cannonier. Sin embargo, a pesar del triunfo, la actuación del campeón no agradó a los aficionados presentes en el ‘T-Mobile Arena’, de Las Vegas (EE.UU.), que acudieron a abuchear la ‘pelea tibia’. A pesar de no mostrarse afectado por las críticas en el octágono, el nigeriano reveló que estaba llorando tras el final del duelo, tras bambalinas.
Durante su participación en el programa ‘The MMA Hour’, Adesanya admitió que dejó hablar más fuerte la emoción en el vestuario con su equipo y compañeros. Sin embargo, la actitud no es motivo de vergüenza para el campeón, todo lo contrario. Según ‘The Last StyleBender’, el episodio lo ayudó a relajarse después de estar decepcionado con su propia actuación en el UFC 276.
“Lloré detrás del escenario. Eugene (entrenador) y yo nos abrazamos y él me dijo: ‘No te preocupes, estarás bien’. Y yo estaba como, ‘Solo dame un ‘Bourbon’ (whisky), y estaré bien. Lo expresé, lo sentí y lo dejé salir. Es una buena forma de liberar emociones, te relaja. Es una función normal del ser humano, no sé por qué nos da vergüenza”, reveló Israel, antes de señalar el motivo del estallido emocional.
“Estaba molesto conmigo mismo por lo que quería hacer. La gente se confunde. No se trata de otras personas, se trata de mí. Para mí, fue la presión que me puse a mí mismo, porque era la ‘Semana Internacional de la Lucha’. Y yo estaba como, ‘F ***, quiero llevar esto al siguiente nivel después de golpear a este tipo’. Y sentí que no hice eso, aunque lo derroté fácilmente», aseguró.
Con el objetivo de dejar atrás el rendimiento por debajo de la media, Adesanya centra su atención en la próxima defensa del título. Este sábado (12), el nigeriano se juega el cinturón ante el viejo conocido Alex ‘Poatan’, su rival en los días del kickboxing. La pelea lo conduce al UFC 281, con sede en Nueva York.
