Este sábado (11), Tom Aspinall entrará al octágono del UFC 295, en el Madison Square Garden, en Nueva York (EE.UU.), para disputar la pelea más importante de su carrera hasta la fecha: la disputa por el cinturón interino de los pesos pesados contra Sergey Pávlovich. Sin embargo, hace aproximadamente un año y cuatro meses, el peleador inglés afrontó otra batalla complicada, esta vez fuera de la jaula, que casi le hizo colgar los guantes.
El 23 de julio de 2022, el inglés sufrió una grave lesión en la rodilla en los primeros segundos de su pelea contra Curtis Blaydes, en UFC Londres. El proceso de recuperación, según explicó el propio peso pesado en una entrevista concedida a ‘Full Circle’ en ‘Bet365’, fue complicado y le dejó desanimado sobre su futuro, hasta el punto de que Aspinall se planteó dejar el deporte.
“Deprimente, horrible, absolutamente horrible. Me hizo querer dejar el deporte por un momento. Durante un par de días no quise continuar. Me peleé con todo y con todos por un tiempo. No es muy agradable, es simplemente horrible, estar tirado en el suelo boca arriba frente a 22.000 de tus propios fans con una rodilla entumecida, bloqueada, incapaz de moverla, y sabiendo eso, bueno, debería irme. Se suponía que iba a ir a ver a mi familia a Polonia durante un mes, iba a hacer una pequeña gira por Polonia, ver a mi familia, amigos y todo. La esposa y los hijos ya estaban allí. Tuve que cancelar esto. Tuve que ir a Londres, someterme a una operación y recuperarme durante un año. No era lo ideal”, recordó Aspinall.
Llamada de ultima hora
Luego de regresar de una lesión con una victoria sobre Marcin Tybura en julio de este año, Tom Aspinall fue llamado a última hora por UFC para pelear por el cinturón interino de peso pesado contra Sergei Pavlovich en UFC 295.
El duelo fue programado por la entidad después del campeón de la categoría, Jon Jones, se lesiona y se ve obligado a cancelar su defensa del título contra Stipe Miocic, quien lideraría la cartelera de la edición de este sábado.