El ex-UFC Jake Shields ha hecho pública su versión de los hechos sobre su polémica participación junto a Nate Díaz en un reality show de lucha ruso, filmado recientemente en Tailandia.
Según Shields, el espectáculo, que imitó el formato de The Ultimate Fighter y contó con Jon Jones y Díaz como entrenadores principales, estuvo marcado por la desorganización, la agresión física y un ambiente caótico, que culminó con la abrupta salida del equipo estadounidense.
Desde su llegada al país asiático, Jake Shields relata que el ambiente tras bastidores ya indicaba falta de control. El detonante se produjo cuando el luchador ruso Zalimkhan Yusupov, considerado un aliado cercano de Jones, se acercó agresivamente a Nate Díaz durante una actuación. Según el expeso welter (170 lb), el atleta intentó agarrar al estadounidense, quien reaccionó rápidamente. El enfrentamiento se intensificó y terminó en una pelea que involucró a miembros de la delegación de Estados Unidos.
La tensión aumentó cuando, según Shields, Yusupov no fue retirado del programa y volvió a vivir con los demás participantes, lo que provocó una nueva confusión. Esta vez, el propio Shields terminó involucrado físicamente mientras intentaba contener a su oponente.
“Cuando unos tipos intentaron atacarme, miré a mi alrededor y había, no sé, cien personas. Pensé: ‘Mi**da, mejor intento calmar esto, no puedo perder el control’. Así que nos calmamos, nos quedamos allí un rato más, pero era un caos. Casi hubo peleas todo el tiempo, gente recibiendo bofetadas, fue increíble”, dijo en un video publicado en su canal de YouTube.
El expeleador también afirmó que algunos de los involucrados en los ataques no eran competidores, sino miembros del equipo de producción. Este detalle, según él, fue decisivo en la decisión de abandonar las grabaciones.
«¿Por qué seguir en un programa así? Una cosa es pelear con los luchadores —fui con Nate sabiendo que algunos querrían ponerlo a prueba—, pero cuando también hay miembros de la producción que podrían atacarte, pues al diablo», dijo.
Tensión hasta el final
Otro punto planteado por Jake Shields fue el supuesto clima de persecución tras el incidente. Afirma que en los días siguientes combatientes rusos y chechenos buscaron a su equipo, aunque todo el mundo sabía dónde se alojaban. “Ellos simplemente se hacían los duros, hablaban mucho, pero nosotros seguíamos con nuestra rutina normal”, comentó.
Sin garantías de seguridad y dado el entorno inestable, el equipo estadounidense decidió abandonar el proyecto y regresar a Estados Unidos, según informa el portal ‘MMA Fighting’. La producción todavía intentó convencer a los entrenadores para que continuaran, pero, según Shields, los ánimos ya estaban irremediablemente comprometidos.